La primera bodega que hubo en San José de Bolívar fue la de Bernardino Araque. Bernardino era un hombre bondadoso y solitario. Había enviudado muy joven y no se había vuelto a casar. Venía de una estirpe de Bernardinos. De hecho su abuelo Bernardino Araque Mora había entrado a Caracas tres caballos más atrás de Cipriano Castro.
En su bodega podía conseguirse desde un rifle de dos bocas hasta un paquete de galletas Arita. Un día le trajeron de La Mesa de San Antonio a una muchacha para que lo ayudara en la bodega y si él quería tenerla de mujercita. Vasilia Benítez tenía dieciséis años sin embargo era toda una mujer. Para Bernardino resultó de gran ayuda aquella muchacha en flor que era una máquina imparable de trabajo. Sin embargo pasaron los años y Bernardino nunca tocó a Vasilia. Ella envejecía bonita como negándose a marchitarse. El siguió siendo aquel hombre bondadoso y solitario que había montado la primera bodega en San José de Bolívar.