Oro puro,
por Luli Delgado
Con esto de las olimpíadas hemos visto un desfile de jóvenes bellísimos que parecen esculturas griegas, pero con músculos de boligoma, que han venido a participar en las diferentes disciplinas.
Cada uno de ellos ha pasado por muchas horas de entrenamiento, y si nos ponemos a ver, todos tienen los mismos cuatro miembros, la cabeza y el tronco que tenemos nosotros y no sé ustedes, pero yo de milagro subo y bajo las escaleras de mi casa cuando se daña el ascensor, y, a pesar de mis caminatas, cuando voy por el tercer piso ya estoy con las piernas pidiendo misericordia.
En cambio, ellos bellos, jóvenes, bien entrenados, vienen a comerse el mundo y llevarse a sus casas las mejores medallas.
Yo les daría una de oro sólido a cada uno, porque gracias a su esfuerzo, a las incontables h...