A Johnny se le iluminan los ojos cuando queremos que nos hable de lo que mejor hace. Al proponérselo, alcanza a recitarnos pisco pisco (Pisku en quechua), su gran bebida. En cada verso recita la vendimia, tratamiento y su proceso como si se tratara del más noble secreto. El secreto de Johnny no radica en sus efusivos y cristalinos ojos, sino en el pisco.
Como buen conocedor, él recomienda beber (lo) despacio, en tiempos dilatados, es decir, a besos. Difícil separar a ambos. Su mutua alianza avanza desde la cosecha hasta la consumación de...