El viejo imperio, por Alejandro Moreno
A esa hora Londres es una maravilla de prodigiosa energía. Pudiese pensarse incluso que se está en una ciudad más alegre, pero no, no nos engañemos: Londres es Londres. Tan fría como siempre y quizás peor aún.
Mister Grimwig es apenas una sombra frágil de lo que fue en su juventud. Tuvo, en aquellos años de pulsión juvenil, la fuerza suficiente para ser un extraordinario comerciante que iba y venía de Londres a Bombay como quien visita un barrio cercano.
Ya no. Apenas mastica con dificultad un insípido pan de cebada con algún vil pot...