Mucha gente dice que me parezco a Kevin Bacon. La verdad no sé por qué afirman semejante atrocidad. Además, ¿cómo pueden decir eso si nunca me han visto?
Desde que ocurrió lo de la transformación no me quedó otro camino que desaparecer. Mis amigos de la universidad me aseguraron que el experimento era reversible. ¡Reversible un rábano!
Para ser honestos, debo decir que me gusta vivir de este modo; sin embargo, añoro el pasado, sobre todo mis encuentros con Elisabetta, mi novia de toda la vida: tengo un deseo enorme de estar con ella. Hace poco se me ha ocurrido la idea de enviarle una carta. Ustedes se preguntarán por qué no uso el email, o mejor, sus redes sociales. Recuerden mi situación: no existo, al menos desde el punto de vista sensorial. Tampoco puedo ir a un cyber y alquilar un computador. Imaginen la reacción de la persona que atiende…
Es cierto que las cartas pasaron de moda, pero, en este caso, lo considero mi último recurso, es la única manera de decirle que la amo y que quiero que me regale una noche.
La carta irá más o menos así:
Querida Elisabetta, primero que nada, quisiera pedirte que me perdones.
Pronto volveré.
Será durante la noche, mientras duermes.
Llegaré a tu ventana, saltaré y atravesaré la oscuridad hasta llegar a ti.
Por instantes escucharé tu respiración.
Acariciaré tu rostro, suavemente, desde la frente hacia las mejillas. Apartaré las sábanas y te iré descubriendo de a poco hasta fundirme en tu ser. Nada debes temer, yo lo haré todo, ya verás, je, je, je… Perdona la risa, quisiera explicarte, pero nunca lo entenderías.
Desde luego, a partir de allí seré tu dueño, de lo conocido y desconocido, de lo que dejé escapar por estúpido, por dejarme llevar por unos colegas cuyas teorías son un mar de pifias y deslices. De haber sido consciente, te habría ahorrado un montón de sufrimiento.
Créeme, el futuro es sólo un engaño.
Por eso te pido que esa noche dejes de lado las preguntas, y por favor, pase lo que pase, jamás prendas la luz.
Te quiere, Griffin.
Pues bien, esa será la carta.
Ustedes, ¿qué opinan?