El cine es un arte de movimiento, y no sólo por sus 24 fotos por segundo. Como todas las manifestaciones de arte, a lo largo de su historia fueron y seguirán surgiendo escuelas y tendencias, que a su vez influyen e inspiran el surgimiento de otras, que sirven de base para otras más. Y así sigue…
Ya vimos que en la Alemania de la década de los 20 surgió el Expresionismo alemán, sombrío, con énfasis en la iluminación del claro oscuro, y una constante sensación de que algo malo estaba por suceder. Importante recordar la posterior emigración a Hollywood del talento del Expresionismo alemán, que sin duda fue fundamental en la consagración del cine que vendría después.
También vimos que los italianos, al crear su Neorrealismo, presentaron la precariedad resultante de la post guerra, con lo cual también contribuyeron a un cine más denso, y más centrado en sentimientos más que en hechos.
Todo este cine europeo, fue la plataforma a partir de la cual nació el llamado film noir en la década de los ’30, cobrando ímpetu después de la Segunda Guerra, y extendiéndose hasta mediados de la década de los ’50.
Se trató de un movimiento básicamente inspirado en las publicaciones de género policial de, entre otros, Dashiell Hammett, Raymond Chandler y James Cain, donde la línea moral resultaba muy tenue, aparecían pasados oscuros, las hasta entonces jóvenes doncellas se convirtieron en mujeres fatales, y las tramas se volcaron hacia asesinatos, crímenes y contrabando a nivel internacional, y siempre condiciones confusas por resolver, eso si se resolvían.
Vale la pena hacer un paréntesis para presentarles al Sr. Hammett (1894-1961), una figura no sólo fundamental en este movimiento, sino nada menos que el encargado de llevar las historias de detectives y policías a la categoría de género literario. El halcón maltés, de 1930, tal vez por haber sido llevado al cine, sea su libro más conocido, pero también fue el autor de Cosecha roja, 1929, La llave de cristal, de 1931, y El hombre delgado, su última novela, publicada en 1934 y que en 1995 la Mystery Writers of America incluyó en su lista de las cien mejores novelas de misterio de todos los tiempos.
Durante muchos años Dashiell Hammett trabajó en la Agencia Pinkerton de detectives privados, y más adelante participó en la Primera Guerra Mundial como voluntario del American Field Service, institución encargada de proveer ambulancias y medicamentos a los Aliados.
Esta trayectoria, unida a una tuberculosis que contrajo en Europa y motivo de baja en sus actividades de guerra, su cada vez más fuerte tendencia al alcoholismo, creó un verdadero cocktail que terminó desembocando en la producción de relatos cortos y, como ya vimos, novelas que crearon personajes como Sam Spade, que más tarde protagonizaría el clásico Halcón Maltés (1942, dirigida por John Houston).
La mujer seductora y misteriosa, el detective mitad ley y mitad sombra, personajes turbios, uno o más muertos, y casi siempre un ambiente nocturno y sombrío. ¿Les suena conocido?
Este género tomó cuerpo y produjo muchas películas durante las décadas de los años 40 y parte de los 50, donde además del Halcón maltés, podemos citar varias creaciones importantes, como La dama de Shangai (1947) de Orson Welles,
Double Indemnity o Pacto de Sangre, de Billy Wilder (1944), y más adelante Sunset Boulevard, o el Ocaso de los dioses en español, de Billy Wilder en 1951.
Otra película importante fue Extraños en el tren de también de 1951, bajo la dirección de Alfred Hitchcock, quien desde ya vamos avisando que tendrá su capítulo aparte. Pero no nos perdamos.
Todas estas producciones llegaron a Europa con cierto atraso por causa de la Guerra, y el crítico suizo Nino Frank comenzó a llamarlas film noir en sus crónicas, término que encajó perfectamente y hasta hoy es utilizado cada vez que nos referimos a este género.
Ha sido sin duda uno de los géneros más ricos de la historia del cine, y origen de muchos thrillers de importancia, entre los que podemos mencionar Chinatown, dirigida por Román Polanski en 1973.
El cartero llama dos veces dirigida por Bob Rafelson en 1981 y homónima de la producción de 1946 dirigida por Tay Garnett.
Más adelante, en 1994, se estrenó Pulp Fiction, dirigida por Quentin Tarantino, la cual a su vez sirvió de influencia para Amores Perros (2000) y 21 Grams (2003), ambas dirigidas por Alejandro González Iñárritu,
No Country for old men (2007), de los hermanos Coen, o más recientemente Inglourious Basterds (2009), nuevamente de Tarantino.
De la riqueza del film noir y de su enorme descendencia podríamos continuar por largo rato, pero contentémonos con cerrar diciendo que la lista sigue y su influencia también….