Filósofo a palos,
por Victorino Muñoz
De nada me vale haber estudiado unos cuantos semestres de filosofía en la universidad; y aunque la mía haya sido otra carrera, tocaba ver todo eso: desde Parménides hasta la teología de la liberación de Pérez Esclarín, pasando por los escolásticos, los existencialistas y pare de contar.
Pero me gustó la cosa, así que compré y leí, en distintas épocas, los diálogos de Platón, las historias de la Filosofía de Julián Marías, de Johannes Hirschberger y los nueve tomos de Copleston; sin dejar de mencionar que tengo el diccionario de Abagnano y la edición completa en cuatro volúmenes del Ferrater Mora, que consulto y degusto cada vez que puedo, aunque una entrada a la vez.
Por mi propia cuenta me he acercado a Weber, a Hegel, a Schopenhauer y a Nietzsche, a Camus, a Bourdieu, así como a ot...