Gatos chinos,
por Luli Delgado
No sé si recuerdan aquellos perritos a los que se les movía nada más que la cabeza, que eran artículos casi obligatorios de decoración en los transportes públicos. No les cambiaba la expresión y no iban a ningún lado, pero, eso sí, la cabeza se les seguía moviendo sin parar.Me vinieron a la memoria porque hoy en una ventana me topé con un gato chino, de esos francamente enervantes.A ver. Me puse a verlo con un poco más de atención y descubrí que son zurdos. Fíjense para que vean. Lo que pasa es que, como yo también soy zurda, tengo mayor sensibilidad para detectar cualquier persona u objeto que tenga mi misma condición.Además de zurdos, tienen expresión de idiotas. No que yo estuviera esperando que me saludaran, ¡zape!, pero esa expresión tan sin expresión y sin esperanza de que cambien, m...