El arte de vender palabras,
por Lucy Gómez
Primero, una declaración: nunca he sido vendedora, sino escritora. Es decir, que hablar con los demás acerca de lo que hago o dejo de hacer, de las bondades del producto X o Z y cobrar por eso, siempre me ha costado un mundo. No le encuentro placer al asunto y siempre siento un apretón en el estómago pensando que al otro le fastidio, no me cree o no entiende lo que le estoy diciendo. O más grave, que lo que estoy vendiendo no sirve para mucho.Hacer que lean lo que escribes es aún peor, porque requiere de unas habilidades especiales aparte de hacerlo bien. No es cosa de ir por ahí con tus libros a cuestas o enviarlos por correo y esperar una respuesta editorial durante unos meses, como era el método generalizado hace unos años, procedimiento que subsiste pero que se hace más enfocado a aut...