La clave,
por Lucy Gómez
Iba a abrir el ordenador para comenzar a escribir, cuando del aparato brotó un aviso aparentando amabilidad, resiliencia, buena onda, etc. Era para decirme que ahora el fabricante pondrá a mi disposición una clave especial para acceder y guardar todos mis documentos y conexiones importantes, el summum del mundo del secreto.Y lo único que dije, un grito que me salió del alma fue: “¿Otra clave?!!!” ¿Y tan pero tan, pero tan buena, que si la olvido tengo que hacer equilibrios en una cuerda floja a seis metros de altura con mi memoria y mis notas que andan por quién sabe dónde para encontrarla?Las claves ocasionan más de un problema. No solo hay que tenerlas “seguras”, es decir, inventar una ensalada de letras, números y símbolos que “nadie” descifre. Hay que cambiarlas también cada cierto tie...