Frascos,
por Luli Delgado
Uno de los indicios de que la tercera edad llegó para quedarse es la dificultar de abrir los frascos de rosca.Ni con el paño de cocina, o con golpecitos, nada. Abrirlos pasa a la categoría de proeza.Yo hablo de los frascos por ejemplo de mermelada, y al hacerlo me viene a la mente los de mermelada de naranja que de tanto en tanto mi tía Irene preparaba para que mi tío Colin pudiera disfrutar de su tea time.Me puse a averiguar el origen de las tapas de rosca y me enteré de que se remonta a 1870 y que la patente fue registrada por Henry Barrett. Lo curioso es que, al igual que los ascensores, el cine o la locomotora, se mantienen poquito más allá poquito más acá dentro de la misma premisa de su invención.De un tiempo a esta parte, aparecieron unas tapas que hay que apretar con toda la fuerza...