Te cuento que… por Suzan Matteo
Hoy en buena parte de Europa ocurre un cambio de horario y los relojes deben adelantarse una hora. Esto porque al haber entrado la primavera e irse haciendo los días con mayor tiempo de luz solar hay que aprovecharla. Menuda confusión esto de estar cambiando las horas dos veces al año; menos mal que la tecnología ayuda y al menos los teléfonos y las computadoras cambian sin nuestra mediación. No así los relojes de pulsera, ni los del horno en la cocina, por ejemplo, pero te cuento que hasta finales del siglo XIX la cosa era peor.
Aunque ahora nos parezca insólito, en cada lugar el horario dependía del reloj local, habitualmente el del campanario de la iglesia. Así, de pronto aquí era una hora y en el pueblo de al lado era otra. ¿Cómo llegar a tiempo a una cita? La puntualidad era todo ...