Osmín Infante está recostado en su hamaca. Tiene una sensación de bienestar pese a que hace tan solo segundos estaba recordando la vez que vio a un ser vivo morir. Su perro Puchi, que había sido atropellado, y al cual vio agonizar hasta el último suspiro.
Desde aquel día ha visto morir muchos seres vivos incluso algunas personas. Se da un baño, se perfuma y luego le reza a José Gregorio Hernández para que le dé salud. Está listo para ir a trabajar, sigue pensando en la cara de Puchi antes de morir.
No le gusta su trabajo, pero alguien...