Loco pero no idiota,
por Victorino Muñoz
El hombre, notando algo extraño, detiene el carro y se baja. Un neumático está bastante bajo. Por suerte tiene el repuesto. Así que se dispone a hacer el cambio.
Cuando está sacando las herramientas de la maleta, siente que una gota de agua le cae en la cara. Mira al cielo: se ve bastante nublado. Aún así decide proseguir con la maniobra. Tal vez le dé tiempo.
Afloja los tornillos y los deja en el piso, junto a la rueda averiada. Pero esta se encuentra como atascada, por el polvo o el óxido. Tiene que hacer mucho esfuerzo ladeándola, hasta que cede y por fin la saca.
No puede celebrar su pequeña victoria, porque se suelta el aguacero que se venía anunciando. El hombre se refugia en el vehículo. Durante varios minutos prácticamente no se ve nada del exterior.
Por suerte la l...