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Rendijas, por Leonor Henríquez
206b, Leonor Henríquez

Rendijas, por Leonor Henríquez

read it in English Me pasé toda la semana pasada buscando rendijas. Y las encontré. Me explico. Me tocó cuidar a la perrita Panda, que ustedes creo conocen, pero resultaron unos días de tormentosa primavera. Estuve todo el tiempo mirando hacia los “recios nubarrones” como los describe el poeta Luis Chamizo (La Nacencia), rogando que se abriera una grieta de sol en el cielo que me permitiera darle su paseo a la perrita. Y lo logré, como les he dicho, en Calgary se dice que, si no te gusta el clima, espera cinco minutos porque cambiará. Pero como siempre me ocurre, me quedé pensando en otro tipo de rendijas. Concluí que la luz es persistente, invencible tal vez. Se abre paso, busca la mínima fisura, el menor agujero para filtrarse y calentar el corazón. Sonará trivia...
La conferencia,<br/> por José Manuel Peláez
206b, José Manuel Peláez

La conferencia,
por José Manuel Peláez

A veces bromeo con Manolo acerca de su “vida secreta” y él se ríe porque no entiende de dónde saco una idea tan absurda. Según él, todo lo que hace es perfectamente normal y trasparente, pero eso mismo dicen los políticos y nunca les creo. Manolo percibió mi recelo y se dispuso a aclarar mis dudas cuando recordó que debía asistir a una conferencia importante. ─ ¿Y de qué trata la conferencia? ─ Bueno, eso depende ─ respondió él sin asomo de duda. Le “recordé” que las conferencias siempre son sobre algo y que si no podía o no me lo quería decir era porque el tema pertenecía a esa “vida secreta” de la que le hablaba. ─ ¿Quieres acompañarme? La invitación me pareció demasiado natural y pensé que era solo una estrategia de Manolo para quitarme interés, pero decidí seguirle el ju...
Discusión con necios,<br/> por Victorino Muñoz
206b, Rafael Victorino Muñoz

Discusión con necios,
por Victorino Muñoz

En esta vida, por más que uno trate, tarde o temprano terminará discutiendo con un necio, sobre todo si usamos redes sociales, ya que por ahora las mismas no tienen filtros para estas cosas, es decir, no podemos impedir que cualquier sabihondo improvisado nos salga con algún argumento traído de los cabellos (a menos que bloqueemos los comentarios).Ahora bien, tanto en la vida real como en esa otra realidad de las redes, yo suelo usar, casi invariablemente, los mismos argumentos para, si no rebatir, al menos acallar a tales entes. He aquí algunos de mis favoritos, que pongo por escrito para provecho de las futuras generaciones:- Guao, debes ser todo un experto en la materia; ¿puedes enviarme tus libros más reciente sobre el tema? Todavía nadie me ha respondido enviándome algún archivo o enl...
Sofía,<br/> por Luli Delgado
206b, Luli Delgado

Sofía,
por Luli Delgado

Seguro que ya lo vieron por ahí, que después de evaluar más de cien nombres femeninos, unos estudiosos de la Universidad de Birmingham, Inglaterra, liderados por el lingüista cognitivo Dr. Bodo Winter, llegaron a la conclusión de que Sofía es el nombre de mujer más hermoso del mundo. Veamos. Si de Sofías hablamos, me vienen a la mente la reina emérita de España y su nieta la infanta, Sofía Loren, el libro El mundo de Sofía, que dio tanto que hacer a comienzo de los años 90 y por ahí sigue la lista. Pero en referencia a los nombres de las personas, así que yo recuerde, primero mandaba el santoral, y te ponían el nombre de la santa que correspondía al día del nacimiento: Eutimia, Sinclética, Vidala, por ejemplo, y la gente a menudo se refugiaba en apodos para llevarla mejor. Más ade...
De avião,<br/> por Fernando Carmino Marques
206b, Fernando Carmino Marques

De avião,
por Fernando Carmino Marques

leer en españolViajar de avião é resignar-se à promiscuidade com quem nunca imaginamos. E quando entalados entre a esquerda e a direita mais apertado parece o lugar que a inquestionável inteligência artificial decidiu atribuir-nos. Em silêncio, resmungamos e sem querer sentimos o incómodo de quem também nunca imaginou ser obrigado a suportar nossos cheiros e suspiros, além daquela cara de enjoo que nem o forçado meio sorriso consegue disfarçar. Depois, como animal que alça a pata e urina para avisar outros possíveis predadores, alargamos os ombros, esticamos as pernas (se possível fora dos limites do espaço que nos é reservado) e expirando pousamos os cotovelos, aliviados por ter vencido tanta contrariedade. Num gesto disfarçado olhámos de soslaio e, antes que alguém ouse algumas “palavras...