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El primo de Chucho, por Victorino Muñoz
90c, Rafael Victorino Muñoz

El primo de Chucho, por Victorino Muñoz

La segunda o tercera razón por la que Chucho es el elegido es que Chucho tiene un primo. Un primo mandamás, se entiende. El primo de Chucho es el jefe, el hombre de las conexiones. El contratista que no trabaja; pero en el fondo es un esbirro mal disimulado, que se presta para zancadillas y triquiñuelas.El primo de Chucho es como Chucho, en varios sentidos: no tiene ningún talento ni habilidad, como no sea el de saber a qué árbol arrimarse o a qué vaca ordeñar, o más bien, pegarse, para succionar con ganas de la ubre estatal.Porque no está de más decir que el primo de Chucho ocupa, ha ocupado y ocupará importantes cargos públicos, donde les da trabajo a muchos Chuchos. Y los problemas, como dijimos antes, medio se resuelven. Y el dinero medio se pierde (ya se sabe a dónde va a parar, pero ...
La novia del estudiante, por Getulio Bastardo
90c, Getulio Bastardo

La novia del estudiante, por Getulio Bastardo

Todas las semanas recibía sus cartas, perfumadas, que él respondía igualmente perfumadas y colocadas en sobres de colores muy suaves, rosado, violeta, azul, tal como habían llegado, escritas con caligrafía fina; por supuesto nunca las leí, pero supongo que se ratificaban su eterno y fiel amor.Su mesita de noche estaba adornada con la foto de la escribidora de cartas en un marco plateado repujado con arabescos donde predominaban corazones y rosas y algún cupido entreverado.No tenía ojos para ninguna otra mujer… solo para su prima y novia.Los estudiantes de medicina hacen sus pasantías en otras ciudades de la región y es por eso que en los últimos dos años o bienio clínico, como también se le dice, algunos deben salir de la ciudad.Llegó a su pasantía a hacer sus últimos ciclos, y ya el trato...
La Pared, por David Volcán
90c, Javier D Volcán

La Pared, por David Volcán

 En la sala de espera las revistas ajadas se desbordan. Esperar en el consultorio requiere suerte para sacar algo bueno de una Cosmopolitan. "Cómo encender la pasión en tu habitación", parecía la sentencia inequívoca de cómo resolver lo que pasaba, o no pasaba, cuando nos íbamos a la cama. "No tengas televisor en el cuarto. No lleves trabajo a la cama. Prende un incienso. Ponte perfume. Ten cortinas para bloquear la luz. Ten música a la mano. Pinta una pared de rojo". ¿De rojo? En seguida pensé en un rojo que haría ver muy puta la habitación. Después explicaba que una pared roja hará que el ambiente de la habitación sea idóneo para tener sexo. Seguía pensando en rojo y me venía a la cabeza una pared roja Ferrari en pintura de aceite. Sé que no era a lo que se refería el artículo, pero mi m...