Los caldos y las sopas del mundo andino constituyen un tesoro a veces inadvertido de la gastronomía internacional. La variedad es inmensa y transita del muy sofisticado chupe peruano, al notable ajiaco santaferreño, a la cazuela de pollo de Chile, pasando por la pisca andina venezolana hasta llegar a la quizá más humilde pero no menos sabrosa changua. En todas las cocinas del mundo hay platos sencillos y con pocos ingredientes que sin embargo se destacan, precisamente por su sencillez.
En todas las cocinas del mundo hay platos sencillos y con pocos ingredientes que sin embargo se destacan por su sencillez
Hoy vamos a hablar de uno de ellos, de la changua migrante de Colombia a Venezuela. En mi caso, traída al centro de Venezuela por la abuela Otilia nacida en Bochalema. La changua es un desayuno nutricionalmente excelente y se prepara con igual cantidad de agua y de leche (más o menos una taza por persona). Primero salteamos en mantequilla o aceite neutro aproximadamente medio ajo por persona (depende del tamaño del ajo), el cebollín, cebolla de verdeo o cebolla larga finamente picado (si no se consigue sustituir por cebolla común o hasta morada) y los cabitos o ramitas de cilantro, o si no tenemos o no nos gusta, de perejil fresco. Una vez que se hace el sofrito le agregamos el agua y la leche hasta que hierva y cuando rompe el hervor añadimos 2 huevos frescos por persona, sal y pimienta en cantidades moderadas.
Dependiendo del grado de cocción que prefieran las yemas de los huevos, dejar hervir a fuego lento de tres a cinco minutos y ya tendrá su Changua lista a la que le ponemos en Colombia, pan tostado o calado o almojábanas, y en Venezuela sabrosas arepas de maíz desmigajadas. Antes de servir espolvorear el cilantro o perejil picaditos, y en algunas versiones, queso blanco ralladito. Buen provecho y hermandad colombo-venezolana.
Excelente serie de recetas, Dr. Iturraspe. Insufladas de gusto de la cocina y amor por latinoamérica.