La tentación del Packard – Luli Delgado
El papá de un compañero de la universidad se quejaba amargamente cada vez que tenía un problema con su carro: “Ah, si yo tuviera mi Packard, nada de esto estaría pasando. Esa fue una mala evolución. Yo nunca debí haberlo vendido”.La queja podía ser a propósito de cualquier cosa, desde que se le hubiera fundido el motor hasta tener que cambiarle un limpiaparabrisas. Estaba convencido de que a su Packard eso nunca le hubiera pasado.Sus hijos le explicaban una y otra vez, a ratos con paciencia, a ratos muertos de risa, que él había vendido ese carro hacía más de veinte años, y que de tenerlo hoy, ya sería un “carricoche”.Pero a él nada lo hacía entrar en razón. Vender su Packard había sido "una mala hora", como también se suele decir.Yo traigo la anécdota del Packard al tapete, porque quien m...