ĀæEn dónde confluyen lo Ćntimo y las pequeƱas celebraciones que mĆ”s valoramos con lo que permanece y se resiste al tiempo, con lo que hemos aprendido y nos ha quedado como experiencia vivida? ĀæEn quĆ© coincide la posibilidad de expresar lo que sentimos, lo que no tiene forma, con el duende que aparece repentinamente a travĆ©s del cante jondo o con las minĆŗsculas repeticiones de la vida cotidiana? Pareciera que la invitación a celebrar el cuarto aniversario de El Atril es ese punto de convergencia, porque al convidarnos a escribir sobre todo lo mencionado, la pĆ”gina web de la querida Luli Delgado se convierte en una especie de Aleph, como lo imaginó Jorge Luis Borges, el punto oculto en la parte subterrĆ”nea de una casa que, al contener todos los demĆ”s puntos del universo, al ser absolutamente inclusivo, permite contemplar simultĆ”neamente todo. Atril es, decididamente, un Aleph de la intimidad, un delta de lo valorado personalmente, porque en lugar de ser un facistol que sirve al coro gener...