Se solicitan tontos, por José Manuel Peláez
Estaba ocupado en lo que mejor se me da que es no hacer nada cuando reparé, por accidente, en el aviso. “SE SOLICITAN TONTOS”. No me di por aludido, pero mi curiosidad, siempre más inquieta que yo, me impulsó a leerlo. No aclaraba mucho, solo hacía el extraño llamado y daba dirección y horario para las entrevistas.Más rápido que inmediatamente, encontré la calle y el número. Traté de entrar, pero un señor malencarado me lo impidió y me sugirió que esperara mi turno. La espera no fue larga porque una señora con cara de espantapájaros salió del portal y, con gesto de enfado, tomó al hombre por el brazo mientras se lo llevaba y le decía: “Vámonos Joaquín, que esto es una tontería, menos mal que yo me di cuenta porque tú hubieras caído”.Lo de “esto es una tontería”, lejos de ahuyentarme, me ac...