La ruta del burro,
por Luli Delgado
ler em português Hoy amanecí en modo limpieza, o por lo menos fue lo que mentalmente organicé que sería mi día. Solo que, al prender el teléfono, recibí un aviso de alerta de que mis contraseñas estaban filtradas y que la recomendación era que las cambiara inmediatamente.La lista era de veintiséis lugares a los que tenía que entrar, buscar mi perfil, cambiar mis contraseñas. En fin, una manera expedita de perder el humor. Cada una, una piedra de Sísifo diferente. Primero encontrar mi perfil, después poner la contraseña actual para después cambiarla. Detalle: nunca son las que tienes guardadas. Entonces hay que avisar que se te olvidó para que te manden otra. Aquí de dos, una: o te mandan una contraseña sin la menor posibilidad de que la memorices, por ejemplo &hXe5rP2&, o reci...