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Pregunta por Ángela,<br/> por Luli Delgado
146c, Luli Delgado

Pregunta por Ángela,
por Luli Delgado

Ángela era el nombre de mi abuela materna y mi hermano se lo puso a mi sobrina, pero no es a ellas a quienes quiero referirme.En este caso es un código que creó la policía metropolitana de Londres junto al nuevo Scotland Yard.Veamos. En virtud de que las citas a ciegas son la orden del día - no tienes pareja, te metes en un site de relaciones, encuentras a alguien y quedas para una cita - ha surgido una serie de momentos inconvenientes que no han escapado de la atención de las autoridades. Entonces, en los baños de mujeres hay un aviso que dice: “Hola, me llamo Ángela” ¿Estás en una cita que no te convence? ¿Te sientes que no estás en una situación segura? ¿Tu contacto de Tinder o POF no es lo que dijo que era en su perfil? ¿Sientes que hay algo un poco retorcido?Si vas a la barra del bar ...
Mi encuentro con Garmendia,<br/> por Victorino Muñoz
146c, Rafael Victorino Muñoz

Mi encuentro con Garmendia,
por Victorino Muñoz

He conocido algunos escritores importantes de Venezuela, de los que aparecen en la historia de la literatura. A Garmendia me lo encontré en el pasillo de la feria del libro de Caracas, no recuerdo el año (pudo haber sido entre 1995 o 1997, quizás). En esa época la hacían en la zona rental de la Plaza Venezuela. Él me saludó, creyendo reconocerme. Yo, a falta de otro apelativo, le dije:- ¿Cómo está, profesor?Él se sintió con confianza para confesar su preocupación y su apuro:- Bien. Chico, tengo que presentar ahorita este libro y no lo he leído. ¿Tú conoces a este autor?Casualmente se trataba de uno de los amigos con los que iba a encontrarme esa noche allí en la feria, para tertuliar un poco: un joven narrador (joven para la fecha), que formaba parte de una generación que parecía estar eme...
Te cuento que… <br/> por Suzan Matteo
146c, Suzan Matteo

Te cuento que…
por Suzan Matteo

Era un lunes aquel 21 de agosto de 1911 en París y como la mayoría de los museos, el Louvre estaba cerrado. Vincenzo Peruggia, inmigrante italiano de 30 años, había trabajado allí en 1910 instalando la puerta de vidrio que protegía la obra de Leonardo da Vinci, que mide 53 cm x 77 cm. Tenía el uniforme blanco de los empleados del museo y sabía cómo estaba fijada la pintura en el marco. El lugar tenía un sistema de seguridad dudoso y pocos guardias; entrar y salir con la obra maestra no requería para él ningún plan grandioso o audaz. No era un conocedor de arte, ni un ladrón especializado: escogió la «Mona Lisa» en parte por su tamaño… No fue sino hasta el martes cuando notaron el hurto. ¡Se desató un escándalo en todos los diarios del mundo! La policía empezó la investigaci...