Alfombra roja, por Carmen Concha-Nolte
La alfombra roja ha cobrado protagonismo sin que nos demos cuenta. Su uso se remonta al personaje Agamenón (458 a. C.), a quien su esposa recibió con un sendero rojo. Pasados los siglos, se extendió una alfombra roja cerca al río para recibir a un presidente, para guiar a viajeros que descendían de un ferrocarril, para acoger a novios, celebridades en los hangares de aeropuertos, en premiaciones, en días festivos, en, en, en… La alfombra roja imprime realce, visibilidad.Hemos escuchado mucho: «A mí me tienden una alfombra roja el 14 de febrero». ¿Cómo no?, nos alegramos por eso. Y qué hay de los días restantes. Sinceramente, muchas personas enrollan su alfombra roja, es decir, el agasajo, la fiesta, zalamerías y trato VIP -very important person- se diluyen por arte de magia.Por añadidura, ...