“Sexagenario muere arrollado por un vehículo” hubiera podido ser el titular de una noticia destacada en la sección de sucesos de un periódico de hace décadas. Lo noticioso venía por la edad, más que por el tipo de accidente. Hoy en día, los familiares del sexagenario hubieran dicho: “qué joven murió”. En el siglo XVIII, solo alrededor del 6% de la población llegaba a los 60 años. En una sociedad como la europea en la que actualmente más del 22% de la población supera los 60 años y donde la esperanza de vida al nacer alcanza los 81 años, la veje...