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La princesa de Gales aprueba con honores, por Mayte Navarro
75b, Mayte Navarro

La princesa de Gales aprueba con honores, por Mayte Navarro

Catherine, esposa del príncipe William, heredero del trono de Inglaterra, protagonizó, no sólo su primera cena de Estado como princesa de Gales, sino que lo hizo con la máxima aprobación de la crónica especializada. Una vez más Kate demostró que sin ser polémica y cumpliendo a la perfección el rígido protocolo monárquico, ha logrado conquistar la simpatía de los británicos.La nueva princesa de Gales asistió a la cena de Estado que Carlos III ofreció , en Buckingham al presidente de Suráfrica, Cyril Ramaphosa.  Usó un vestido que bien podría llevarlo una novia, pues era un modelo de blanco impoluto con bordados plateados para marcar los hombros. El diseño de Jenny Packham, una firma británica, está valorado en 5.000 libras esterlinas y marca una diferencia entre Kate y su fallecida suegra D...
Árboles de Navidad, por Lucy Gómez
75b, Lucy Gómez

Árboles de Navidad, por Lucy Gómez

Llegó la época de montar nacimientos y árboles de Navidad. Aún en los países tropicales, debido a la influencia cultural de Estados Unidos y Europa, existe la costumbre de comprarlos y adornarlos. Casi siempre son de plástico y más plástico. Pero es una costumbre tan antigua como el Hombre en los países donde hay invierno. Se muere todo, se acaba la vegetación y entonces no queda otra sino rogar porque vuelvan a ponerse verde todas las hojas. Fue el origen de   los ritos del solsticio invernal, que se hacían con árboles de hoja perenne, como el pino. Los ritos pasaron a diferentes culturas, entre ellas la romana antigua. Celebraban las Saturnalias entre el  17 y el 23  de diciembre, decorando con árboles y velas las casas para celebrar que  algún día regresarían la luz  y el calor. L...
Cerrando un negocio, por Álvaro Ríos
75b, Álvaro Ríos

Cerrando un negocio, por Álvaro Ríos

 A mi abuelo le gustaba el teatro. Cuando yo era niño me confesó que su sueño era ser dramaturgo, pero por razones que nunca manifestó lo dejó de lado. Sin embargo, gran parte de su vida estuvo ligada al teatro, incluso tuvo la oportunidad de conocer a varios directores con los cuales entabló amistad.Uno de ellos, un polaco cuyo nombre jamás recordó porque era impronunciable, le contó una anécdota bien curiosa.Fue durante un viaje a la Argentina, por allá por los años sesenta del siglo XX, cuando el distinguido director montó una obra en la ciudad de Buenos Aires.Mientras compartían un vino de Mendoza, mi abuelo le comentó que la noche anterior había soñado con el diablo, y que éste lo había hostigado con el fin de obligarlo a que le vendiera su alma.—¿Y te atrapó? —preguntó el polaco.—Sí,...
“Si una buena amistad tienes tú…”  Por Manuel Pulido Azpúrua
75b, Manuel Pulido Azpúrua

“Si una buena amistad tienes tú…” Por Manuel Pulido Azpúrua

“…Alaba a Dios, pues la amistad es un bien…”, cantábamos en la capilla del colegio. No cito el resto de la canción, pues derivaríamos por otros caminos más o menos de índole religiosa y de cuestionable calidad literaria. De mi papá heredé una fidelidad absoluta a las amistades. Considero más cercanos a muchos amigos que a mis propios familiares. Mejor no me adentro en detalles, so pena de herir susceptibilidades y quedar fuera del intercambio familiar de Diciembre. Pero, sí: mi padre es “amiguero”. Cuando le concede su amistad a alguien, tenga el afortunado por seguro que contará con él para las buenas y las malas, además de añadirlo a su lista de contactos para enviarles correos electrónicos. Los amigos son aquellos con los que te puedes sentir a gusto expresando tu verdadero yo....
El secreto de Estanislao Nucete, por Alejandro Moreno
75b, José Alejandro Moreno Guevara

El secreto de Estanislao Nucete, por Alejandro Moreno

¿Qué razones habría de tener el viejo doctor Estanislao Nucete, para volver a la ciudad de Mérida después de tantos años? Al parecer muchas. Nadie había vuelto a hablar de eso en Mérida, al menos en sesenta y cinco años. La historia era muy sencilla: un estudiante de medicina veinteañero, un muchacho del Páramo y una ciudad muy pequeña. Estanislao Nucete había hecho su vida en Margarita, en un pueblito llamado Paraguachí. Allá ejerció durante muchos años como médico pediatra, que era en lo que se había especializado en su querida universidad de los Andes. De Mérida, no había querido saber más nada hasta ese día. Después de sesenta y cinco años estaba frente al viejo edificio de la ULA, viendo con nostalgia sus recuerdos. Y aunque pensaba que nadie se acordaba de él, ya a esa hora se hab...