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Leonor Henríquez

La maleta, por Leonor Henríquez
57b, Leonor Henríquez

La maleta, por Leonor Henríquez

La maleta no llegó. Se quedó en un limbo entre Miami y Toronto. Llegué a casa de madrugada, agotada, sólo yo y mi derrotada humanidad. Ese otro paquete complejo y a veces mal amarrado.Ese otro contenedor que llamamos cuerpo, físico o etéreo, terrenal o astral, pero que igual que las maletas, hay que trasladar de un lado a otro, arrastrar a veces, en carro, en taxi, en tren, en avión, en burro, a pie.Pero como decimos en mi país “sarna con gusto no pica”.Cuando uno viaja, sobre todo a ver a los hermanos después de una larga pandemia, se llega con el cuerpo cansado y los bolsillos vacíos, pero el corazón lleno. Con razón dicen que viajar es la única actividad donde uno gasta dinero para ser más rico.Y todo esto de la maleta, que no llegó, me inspiró esta otra reflexión. Al final uno se va de...
El sombrero, por Leonor Henríquez
56b, Leonor Henríquez

El sombrero, por Leonor Henríquez

En esta época del año, corro a buscar mi sombrero vaquero.Son las fiestas de la ciudad, cuyo lema, después de la pandemia, me enamoró: Stampede 2022, Together Again (Juntos otra vez).Entonces comenzó la búsqueda del sombrero, dentro de ese otro, desde donde saltan mil conejos.El sombrero grande y revuelto que llamo mi hogar.Razón tenía Gabriel García Márquez cuando decía que, cuando se comienza a perder la memoria, uno se hace de una de papel. Hoy sería digital.Y disculpen lo repetitiva, pero cuando recuerdo la palabra memoria, no puedo dejar de mencionar lo que decía mi hermano (QEPD): hay tres signos de envejecimiento, el primero es la pérdida de la memoria y los otros dos se me olvidaron.En fin, la travesía para encontrar el sombrero extraviado resultó fascinante, porque como ocurre sie...
007, por Leonor Henríquez
108b, Leonor Henríquez

007, por Leonor Henríquez

read it in EnglishCorría el año 1999.El caos de mi vida comenzaba a ordenarse.Ya había superado un problema de salud, un divorcio, que nunca es agradable aunque haya sido amistoso; varias mudanzas, cambios laborales y pare de contar.Todo este preámbulo para cumplir con mi asignación de esta semana, la cual es relatar un evento que haya cambiado mi vida.La compañía de ingeniería para la cual trabajaba se había ganado un megaproyecto, en consorcio con una empresa canadiense.Yo tomé una decisión consciente y me dije: "Bueno Leonor, concéntrate en tu trabajo y más nada".En el proyecto había personas de muchas nacionalidades, venezolanos, canadienses, noruegos, franceses, británicos.Este en particular, era un señor alto, parecido a Sean Connery, con acento y expresión inescrutable.Confieso que ...
Delicacy, by Leonor Henríquez
Leonor Henríquez

Delicacy, by Leonor Henríquez

leer en españolWhen someone says that a dessert is too sweet, I always think to myself: well... and isn't that the "reason why" of a dessert?I personally think the sweeter a dessert, or life, the better.Yesterday, particularly, I was stuffed with a delicious bag of sugar.Luckily, I had already complied with my daily diet of eight apples, I explain at the end what it is about.This sweetness that I met yesterday really has like a million calories, a real delicacy.His name is Mango.My mom used to cook mangoes in every possible way, in jelly, milkshake, jam.This one is not to be cooked, it is furry, playful and has sharp teeth.Mango is an eight-week-old puppy, my new four-legged grandson.I met him yesterday. We ate each other with kisses and nibbles. I think he liked me.What a beautiful way to...
Manjar, por Leonor Henríquez
102b, Leonor Henríquez

Manjar, por Leonor Henríquez

read it in EnglishCuando alguien dice que un postre está muy dulce, siempre pienso para mis adentros: bueno… ¿y eso no es el reason why de un postre? A mí me encanta empalagarme y mientras más dulce sea un postre, o la vida, mejor.  Ayer, precisamente, quedé empachada con un delicioso saquito de azúcar.Menos mal que ya había cumplido con mi dieta cotidiana de las ocho manzanas, les explico al final de qué se trata.Esta dulzura que conocí ayer, en verdad tiene como un millón de calorías, un verdadero manjar.Su nombre es Mango.Mi mamá los preparaba en jalea, batido, mermelada.Este es peludo, juguetón y tiene dienticos afilados.Mango es un cachorrito de ocho semanas, mi nuevo nieto de cuatro patas.Ayer lo conocí. Nos comimos a besos y mordisquitos. Creo que le caí bien.¡Qué manera más linda d...
A Blue mouse, by Leonor Henríquez
Leonor Henríquez

A Blue mouse, by Leonor Henríquez

leer en españolThe most important project I have these days is knitting a blue mouse.And you will ask yourself, what is interesting about this?Nothing, probably.According to Julio Cortázar, knitting is a good excuse to do nothing.But I would say that for a question of "doing nothing" it is quite laborious.With two needles and blue yarn, I have to make a head, a body, two ears, two eyes, a nose, a mouth, two arms, two legs and a tail (I'm tired just by listing it). A creation of biblical magnitude, almost.Just as Penelope weaved and unweaved her waiting, here in my particular Odyssey, I practice virtues that I do not possess, patience and perfection.Sometimes I have to break down and start over.Other times the count doesn't add up and I start to get discouraged.I let some little errors pass...
Melodía Cósmica, por Leonor Henríquez
93b, Leonor Henríquez

Melodía Cósmica, por Leonor Henríquez

Para Alba y Santiagoread it in EnglishDicen que el Universo es silencioso.Claro, no hay atmósfera y por lo tanto no se puede transmitir el sonido.Hasta ahí entiendo.Sin embargo, parece que las mentes más prodigiosas, los mejores científicos del mundo, han recopilado datos astronómicos de los telescopios más potentes y los han traducido en sonidos audibles para el oído humano.Me imagino que tuvo que ser muy complicada esta conversión de frecuencias, oscilaciones, ondas gravitacionales y vaya usted a saber, para conseguir estos sonidos del cosmos.Investigando un poco para escribir esta crónica, conseguí un video donde es posible escuchar estos, más bien gruñidos, que hacen las galaxias, los cometas y los huecos negros.Realmente admirable.Pero hace poco, así, en mi vida simple y doméstica, si...
A visit to the zoo, by Leonor Henríquez
Leonor Henríquez

A visit to the zoo, by Leonor Henríquez

leer en españolEvery morning I take a walk in the zoo.It is very close to me and each of the living creatures that I meet in my path make me smile.Some, I even know by name.William the blue hippo.Amarula, the African elephant with a broken tusk.Dana, the Peruvian llama.I also greet the jaguar, the bald eagle, a camel.I say hello to a little Mexican turtle called Oswaldito.In a special place lives a mythological animal, it is called Lambanana, it is kind of a yellow sheep with an elongated tail.I return from my daily promenade, with a very full soul.Oh, and by the way, I also say hi to Don Quixote and Sancho every day.It is time to confess that this visit to this, my private zoo, occurs in the living room of my house.A visual walk, a safari of memories, there on my table, on the shelves of ...
Espejismo, por Leonor Henríquez
91b, Leonor Henríquez

Espejismo, por Leonor Henríquez

read it in EnglishLeí una vez que se llega a cierta edad en que los años pasan muy rápido, pero los días son eternos.Ya llegué a esa edad.No más gráficos, no más reuniones aburridas, no más jefes difíciles, no más reportes de progreso; no más quince y último… estos sí que los extraño.Pero soy finalmente dueña de mi tiempo precioso y en mis días eternos, llenos de nuevas aventuras, salgo a caminar.Mi nuevo trabajo consiste simplemente en prestar atención. Dicen que el deleite es la recompensa de prestar atención.Hace poco salí en mi ruta habitual, pero noté algo diferente.La nieve se había derretido y hacía calor. Sí, calor en marzo.Me quité la chaqueta, la bufanda, los guantes y me fijé en un inusual resplandor al final del camino.Me pareció divisar una vegetación diferente en el horizonte...
Moderación, por Leonor Henríquez
80b, Leonor Henríquez

Moderación, por Leonor Henríquez

Dícese que el secreto de la buena salud y una larga vida es la moderación.No me atrevo a mostrar desacuerdo ante esta máxima, pero por esta vez, sólo por esta vez, lo juro, voy a intentar una apasionada defensa sobre los excesos.En estos tiempos donde a uno le dicen: una sola copa de vino al día, un cuadrito de chocolate (acto heroico), tantos minutos de ejercicio, de meditación, de yoga, tantos gramos de carbohidratos, tantas calorías.Pareciera que la existencia transcurriera en una métrica prisión.Razón tenía un señor, usuario de un programa de dieta y ejercicio que prometía perder no sé cuántos kilos a la semana, quien dijo que lo único que había perdido en una semana eran las ganas de vivir.Yo me pregunto, ¿acaso la voluptuosidad intelectual, de donde surge lo más sublime del pensamien...
Remiendos, por Leonor Henríquez
78a, Leonor Henríquez

Remiendos, por Leonor Henríquez

En esta época del año es normal que los bolsillos se encuentren golpeados, es decir medio vacíos. Son tiempos de generosidad e indulgencias, como debe ser. Pero en este caso, los bolsillos de mi abrigo de invierno estaban literalmente, rotos. Por un momento quise sucumbir al consumismo y salir a comprarme uno nuevo, pero no lo hice, eso iría en contra de mis principios y de la memoria de mi madre, artista de la aguja y el dedal. Así que decidí coserlos yo misma. Estaba segura de que en mi casa existía ese mítico objeto: el costurero. En mi caso, una pieza más inútil que cenicero en motocicleta. Pero lo encontré, allí estaba, con sus compartimientos llenos de hilos, agujas, alfileres, dedales y otros elementos desconocidos. Con más torpeza que destreza y este par de ...
Mañanita caraqueña, por Leonor Henríquez
77b, Leonor Henríquez

Mañanita caraqueña, por Leonor Henríquez

El sábado en la noche un señor poeta del tiempo vino a mi casa a decirme: Leonor, te voy a contar un cuento… Me recordó a Rubén Darío que escribió esas mismas palabras, pero para Margarita, aquella de “Margarita, está linda la mar…” Yo me quedé en silencio, escuchando con atención cada uno de sus versos, pronunciados con suavidad, pero con profundidad y énfasis. Era una historia complicada que comenzaba con los griegos y los romanos, después se metían los árabes, los españoles y hasta los indios americanos. Después de muchos siglos y vericuetos, la historia reapareció mágicamente, una mañanita caraqueña, como el vals venezolano de Evencio Castellanos, una de las pocas piezas que quedaron en mi cerebro reptil y soy capaz de tocar en el piano. Allí, en la casa solariega, estos...