Esos libros que esperan – Álvaro Ríos
Era una tarde fresca. El sol brillaba indiferente y los árboles danzaban. Pasando la calle 23 surgió la plaza. Me detuve en la esquina y observé a los libreros. En otro tiempo, a esa hora, el rostro era distinto. En la actualidad parece como si la gente hubiese olvidado cómo llegar.
Me detuve en el puesto de Fran. No estaba. Dijeron que el covit lo puso fuera de servicio. El señor de al lado expresó que de todas maneras las ventas daban lástima. Quizá un día de estos nos echen de aquí y terminen poniendo un bodegón, señaló la señora que atiende un poco más allá. Quise decir algo, pero callé. Miré algunos lomos: autores raros, novela negra, ciencia ficción y otros títulos que poco invitaban a seguir revisando. Lo que antes era un paraíso ahora es un desierto. Antes, con poco dinero, se p...