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Los buñuelos de Pensamiento – Soledad Morillo Belloso
19a, Soledad Morillo

Los buñuelos de Pensamiento – Soledad Morillo Belloso

Buñuelos hay muchos. Del viejo y del nuevo continente. De yuca, de trigo, de maíz, de batata. Todos tienen algo en común: son como besos que viajan con el viento. Llevan un mensaje, un “te quiero” susurrado con dulzura. Son caricias de amor. Dicen que al comer un buñuelo cualquier rabia se apacigua, cualquier dolor se seda, cualquier angustia se calma. Para preparar sus buñuelos, Pensamiento comenzaba por quitarle la vena a la yuca que había sido salcochada por cuanto menos una hora en agua fresca con una pizca de sal. Luego, musitando suavemente una canción con su voz de jilguero trituraba esa yuca hasta que conseguía una masa suave y bien uniforme. Luego con sus suaves manos hacía bolitas perfectas, y las iba friendo en aceite bien caliente hasta que doraran. Las ponía en la ba...
Guacharaco – José Pulido
19a, José Pulido

Guacharaco – José Pulido

El 25 de diciembre, por la mañanita, venía uno con su bolsa de plástico al hombro. Los botes de basura ya estaban alborotados, pero él insistió y buscó. Atrás venían dos más y uno de ellos gritó "¡epa!" y el primero se detuvo a esperarlos. El más flaco de los que avanzaban hacia el primer hombre tenía sangre seca en la cara. Los tres se juntaron con sus bolsas y se sentaron en la acera sin hablar. Una señora salió de un edificio cercano con una bolsa y se acercó. Ella vestía una bata amarilla de flores anaranjadas. Su cabello lucía mojado. La señora se detuvo a un paso de los tres hombres. El flaco con la cara manchada de sangre, se cubrió la frente con una mano joven y mugrienta. -¿No te acuerdas de mí, Felipito? ¡Soy Amanda! -dijo la mujer. El muchacho miró hacia otro lad...
Adriana migrante – Roberto Giusti
19a, Roberto Giusti

Adriana migrante – Roberto Giusti

Yo tenía  18 años cuando me fui de Colombia a Venezuela porque la Universidad Nacional de Barranquilla, donde esperaba estudiar Derecho, estaba en  paro indefinido. Mi madre, Ana, decidió, entonces, que me fuera a Caracas,  donde estaría esperándome José Luis, uno de mis hermanos mayores, que había emigrado dos años antes.Estudiar Derecho en Venezuela era toda una novedad que no había asimilado cuando, sin anestesia ni largas despedidas, mi madre me echó la bendición,  me dio un abrazo y cuando reaccioné me vi montada en un autobús  repleto de gente pobre y ruidosa que emprendía una larga y accidentada travesía hacia la tierra de los venecos, donde esperaban conseguir lo que la suya les había negado.Pero como dice la canción de Pacho Galán, uno de los músicos colombianos preferidos de mi p...
Una rosa es una rosa es una rosa – Lucy Gómez
19a, Lucy Gómez

Una rosa es una rosa es una rosa – Lucy Gómez

Seguro que en el jardín del Edén había rosas.  Desde entonces, no conozco jardinero que abierta o secretamente no haya querido tenerlas. No se puede con su poder subliminal.Las había en los jardines colgantes de Babilonia.  El rey Sargón saqueaba los arbustos de rosas  porque para él eran valiosas como botín de guerra, cinco mil años antes de Cristo. Los jardineros chinos las empezaron a cultivar dos mil años después. El nombre de la flor es  idéntico desde los romanos hasta hoy. Quienes estudiaron latín pueden recordar una lección famosa de las primeras declinaciones: “rosa, rosae, rosarum, rosa... "Y aunque no fue muy apreciada como símbolo por  los primeros cristianos porque la asociaban al paganismo, en la Edad Media fue cultivada en los monasterios por su valor medicinal y su belleza,...
Azul desteñido – Luli Delgado
19a, Luli Delgado

Azul desteñido – Luli Delgado

Me contaba una amiga brasileña que en el pueblo de su juventud las muchachas casaderas pasaban la semana cosiéndose el vestido que irían a lucir el domingo a la hora de la Misa, y después en la plaza frente a la iglesia. La intención del vestido semanal no era tanta para lucirle a los eventuales pretendientes, sino a las otras muchachas, y, sobre todo, a las posibles suegras, que eran por último quienes les darían el visto bueno. Se trataba del santo y seña con el que por generaciones la gente “bien” de su pueblo se reconocía, escogía y preservaba para las que venían atrás. Resulta que ahora que tenemos una plaza virtual donde proyectarnos hacia donde nos parezca, continuamos presos a la misma noria, una noria ciberespacial, pero noria a final de cuentas. En las redes, proc...
Cuéntame una de vaqueros – Victorino Muñoz
19a, Rafael Victorino Muñoz

Cuéntame una de vaqueros – Victorino Muñoz

 En las películas gringas:La bomba es desactivada en el último segundo. No cuando faltan 43, 20, 15, 7... No, tiene que ser en el último segundo.Por supuesto, los últimos diez segundos demoran unos cinco minutos.En mi casa, abro el tablero de la electricidad y veo cables amarillos, negros, verdes blancos... Pero en la película los cables de la bomba que va a estallar solo son azules o rojos. Sólo azules o rojos. No hay más colores. Cualquier parecido con la bandera norteamericana es pura coincidencia.Por suerte, los protagonistas (por lo menos el que debe desarmar la bomba) no son daltónicos.Las personas dejan las llaves del vehículo en el tapasol, dentro del carro. Los protagonistas, en su huida, tienen que romper el vidrio de la ventanilla, para entrar y robarse el vehículo; la pregunta ...