Depende de quién lo escribe, por Luli Delgado
No se me ocurre ninguna historia que no tenga personas como protagonistas. Inclusive, cuando de pequeños nos leían La estrellita traviesa o El conejito que cantaba, el elemento humano es siempre un requisito indispensable para cualquier narración.
Ahora bien, dependiendo de quién y cómo se escribe, le concedemos una categoría diferente. Si nos topamos con una trama elaborada, con pinceladas perfectas, de gran sabiduría o impresionante reflexión, estamos frente a una obra maestra. Si es más simple, más rasa y de todos los días, entonces es material para la novela de las tres.
Tomemos por ejemplo el tan común despecho amoroso, que dependiendo de si cae en las manos de Neruda, de Corín Tellado o de Thomas Mann, va a tener un tratamiento diferentísimo y un público ídem.
Pero en e...