El cuadro de Wilfredo Lam – José Pulido
Oswaldo Vigas contaba que su mejor amigo en París era Wifredo Lam. El pintor cubano era un hombre cincuentón y Oswaldo un joven de treinta. La obra de Lam estaba muy cotizada. Oswaldo siempre le decía “quiero un cuadro tuyo, pero nunca tengo dinero”. Pero un día, por cosas del azar, Vigas pudo comprar casi regalado un cuadro de Lam.
Las ilustraciones que hacía para André Breton y otros surrealistas lo hicieron más evidente y figuró entre los más destacados artistas del surrealismo.
La primera vez que Lam estuvo en París, antes de la Segunda Guerra Mundial, Picasso hizo que el gran marchand Pierre Loeb firmara un contrato con Lam y vendiera sus obras. Un tiempo después, Pierre Loeb se disgustó porque Wifredo Lam dijo que Picasso había copiado unas telas suyas. En relación con este...