Tic tac,
por Leonor Henríquez
read it in English
Regresé de mi viaje de fin de año una madrugada gélida del mes de enero; 2:00 am, -25 grados centígrados, toneladas de nieve.
Un verdadero contraste para mi sistema.
Al abrir la puerta de mi casa, respiré aliviada, todo en orden.
Prendí una lucecita, me deshice de las maletas, abrigo y cartera, desesperada de darme un baño y después irme a “misa” (mi sabrosa cama, parafraseando a mi sobrino catalán).
Los días de viaje son aturdidores, la multitud, turbinas, micrófonos; trauma acústico, como diría mi padre otorrino.
La paz de mi hogar fue mi mejor bienvenida.
Me senté un rato a darme ese tan deseado baño, pero de silencio.
El bullicio del mundo cesó por un brevísimo instante.
De pronto, un sonido inusual en mi casa, al menos uno del cual n...