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Leonor Henríquez

La tapa de frasco, por Leonor Henríquez
60c, Leonor Henríquez

La tapa de frasco, por Leonor Henríquez

En mi país, si uno dice “ese se cree la tapa del frasco”, significa que esa persona es arrogante.Si uno dice “ese sí que es la tapa del frasco”, pues se trata de un individuo muy competente y excepcional.Y esto no tendría nada de particular si no fuera porque, todas las mañanas, tengo una pequeña pelea con la tapa del frasco.No es una persona, es literalmente, la tapa de un frasco.El frasco donde guardo el café.Hay días en que se enrosca y desenrosca fluidamente y de maravilla. Otras, me cuesta, se traba, como si no perteneciera, como que me cambiaron la tapa o el frasco.Es un pequeño contratiempo en mis mañanas solitarias.Comencé a pensar que la tapa del frasco era una especie de oráculo.SI la tapa se tranca, mi día se tranca.Si la tapa fluye, mi día fluye.Pero claro, el argumento de la t...
La mosca, por Leonor Henríquez
54b, Leonor Henríquez

La mosca, por Leonor Henríquez

Me tragué una mosca.Más bien un mosquito de esos que se alborotan en el verano. Sucedió mientras caminaba a lo largo del río con una amiga, enfrascada en apasionada conversación, probablemente de asuntos sin importancia, que al final son los que importan.Lo admito, tiendo a hablar demasiado.En mi profesión como ingeniera, he tenido que explicar mis argumentos con fiereza y convencer mediante la palabra.En mi vida familiar, casi siempre abro la boca más de la cuenta y tiendo a dar mi opinión cuando no me la piden. Mi yerno y nuera pueden certificarlo, parte del oficio de suegra.También domino el inefable arte de interrumpir. Y bromeo diciéndole a la gente: “No es que te esté interrumpiendo, es que tú sigues hablando mientras te interrumpo”.Pero en general, el mundo entero tampoco calla nunc...
El pájaro azul, por Leonor Henríquez
70b, Leonor Henríquez

El pájaro azul, por Leonor Henríquez

Ayer se detuvo en mi jardín un pájaro azul.Y cuando esto sucede, lo tomo como un anuncio de buenos augurios.Mi hija y yo corrimos a la ventana a admirarlo.En toda su elegancia y majestad, el azulejo, un Blue Jay canadiense, se detuvo a beber agua de la fuente, mientras nosotras lo mirábamos, extasiadas.En ese breve momento contemplativo, cruzó por mi mente la leyenda del Pájaro Azul.Para quienes no la conozcan se las resumo:Érase una vez un Marajá que vivía en un suntuoso palacio, rodeado de lujos y bellezas. Sin embargo, el Marajá se encontraba triste e insatisfecho, como si le faltara algo.  (a esto lo llamo yo insatisfacción crónica, disculpen la nota al margen)Un día llegó a palacio un sabio, quien le habló al Marajá de la existencia del Pájaro Azul. Un ave que daría la felicidad a qui...
Eppur si muove, por Leonor Henríquez
64c, Leonor Henríquez

Eppur si muove, por Leonor Henríquez

 Estas líneas me las inspiró Galileo Galilei (1564 ​-1642)​​El mismo que después de abjurar ante el Tribunal de la, no tan Santa Inquisición, que los planetas, el nuestro incluido, no giraban alrededor del sol, al final del juicio murmuró entre dientes su inefable:Eppur Si Muove. (Y sin embargo se mueve)Y este gran personaje, astrónomo, ingeniero,​​ filósofo, matemático​, físico, quien, entre otras cosas, descubrió los anillos de Saturno, las manchas solares, Ganímedes, la luna más grande de Júpiter, satélite que visito muy a menudo en mis ensoñaciones, y sobre todo la teoría heliocéntrica del Universo (en oposición a las teorías de Copérnico) por la cual fue juzgado por herejía.En fin, un hombre muy ocupado, que sospecho también era poeta.Esta es la frase que me encontró esta semana, unos...
La mata de mango, por Leonor Henríquez
59c, Leonor Henríquez

La mata de mango, por Leonor Henríquez

En el jardín de la casa de mi mamá, en el maravilloso Valle de Caracas, había una mata de mango que cada año floreaba y se cimbraba de frutos. El jardín parecía una alfombra de mangos verdes, rosados y amarillos. Los loros y turpiales, nuestro pájaro nacional, venían a comer de ese manjar. Mi mamá hacia jalea de mango, batido de mango, ensalada de mango, pero eran tantos, que ponía una caja al frente de la casa para que se los llevara algún alma necesitada. Hoy pensé que quisiera ser como una mata de mango, esa que ofrece su abundancia de tanta felicidad atesorada, sin más ambición que compartir. Un árbol satisfecho y feliz. Quisiera…. Pero a veces, y no es negociable, llegan esas circunstancias que César Vallejo mencionaba en sus Heraldos Negros: “Hay golpes en la vi...
Yarak, por Leonor Henríquez
58c, Leonor Henríquez

Yarak, por Leonor Henríquez

Aprendí una nueva palabra: Yarak...Es un término persa que significa el supremo estado de alerta (supreme readiness), de un halcón, hambriento mas no débil, cuando se prepara para cazar.Más que una palabra, me pareció un precioso instante poético que se quedó resonando en mí. Yarak…Es un momento donde cada músculo, cada nervio, todos los sentidos, se concentran en una sola intención.Un instante de infinita energía que se transformará en sustento, satisfacción, placer. Yarak…Desde mi ventana veo pasar las águilas en su soberbio vuelo.A veces, se quedan suspendidas como un helicóptero, y de repente… Yarak… se lanzan en picada al río.A veces salen con una trucha, otras, con un pichón de patito o gaviota o ganso (eso me parte el corazón, pero es el equilibrio de la naturaleza)En fin, la palabr...
La maleta, por Leonor Henríquez
57b, Leonor Henríquez

La maleta, por Leonor Henríquez

La maleta no llegó. Se quedó en un limbo entre Miami y Toronto. Llegué a casa de madrugada, agotada, sólo yo y mi derrotada humanidad. Ese otro paquete complejo y a veces mal amarrado.Ese otro contenedor que llamamos cuerpo, físico o etéreo, terrenal o astral, pero que igual que las maletas, hay que trasladar de un lado a otro, arrastrar a veces, en carro, en taxi, en tren, en avión, en burro, a pie.Pero como decimos en mi país “sarna con gusto no pica”.Cuando uno viaja, sobre todo a ver a los hermanos después de una larga pandemia, se llega con el cuerpo cansado y los bolsillos vacíos, pero el corazón lleno. Con razón dicen que viajar es la única actividad donde uno gasta dinero para ser más rico.Y todo esto de la maleta, que no llegó, me inspiró esta otra reflexión. Al final uno se va de...
El sombrero, por Leonor Henríquez
56b, Leonor Henríquez

El sombrero, por Leonor Henríquez

En esta época del año, corro a buscar mi sombrero vaquero.Son las fiestas de la ciudad, cuyo lema, después de la pandemia, me enamoró: Stampede 2022, Together Again (Juntos otra vez).Entonces comenzó la búsqueda del sombrero, dentro de ese otro, desde donde saltan mil conejos.El sombrero grande y revuelto que llamo mi hogar.Razón tenía Gabriel García Márquez cuando decía que, cuando se comienza a perder la memoria, uno se hace de una de papel. Hoy sería digital.Y disculpen lo repetitiva, pero cuando recuerdo la palabra memoria, no puedo dejar de mencionar lo que decía mi hermano (QEPD): hay tres signos de envejecimiento, el primero es la pérdida de la memoria y los otros dos se me olvidaron.En fin, la travesía para encontrar el sombrero extraviado resultó fascinante, porque como ocurre sie...
Asuntos sin importancia, por Leonor Henríquez
75c, Leonor Henríquez

Asuntos sin importancia, por Leonor Henríquez

Por fin, después de más de treinta años de trabajar en mi profesión, en Caracas y Canadá, me ascendieron y logré mi posición soñada la cual vino con aumento de sueldo: Gerente General de Asuntos sin Importancia.Esta meta hoy lograda, me la propuse hace más de veinte años, cuando en Caracas, en la empresa de ingeniería donde trabajaba, me tocó ser responsable de la minuta de una reunión con el cliente.La líder de disciplina, Carmen, recuerdo, me enfatizó concienzudamente: anota todo, TODO, lo importante.Tomé libreta y pluma, y afiné mi atención.El tiempo pasaba, se discutía sobre las fundaciones, las tuberías, la excavación, el volumen de concreto y la verdad, nada me parecía particularmente importante.Entonces, como suele sucederme, sucumbí a una de mis ensoñaciones.En ese preciso instante...
Golosinas, por Leonor Henríquez
71c, Leonor Henríquez

Golosinas, por Leonor Henríquez

Me confieso golosa.Me gustan los chocolates, los helados y cualquier golosina, mientras más dulce mejor.Con frecuencia me “engolosino”; ese anhelo intenso de devorar un manjar.Y así sucedió.Entré a esta particular tienda, y allí estaban, desplegados sobre una mesa, tentándome.La boca se me hizo agua.No sabía cuál elegir.Los miré con deseo, queriendo olerlos, tocarlos, devorarlos hasta la saciedad.Al final me decidí por tres de estos dulces, algunos ya los había probado, pero la nostalgia pudo más.Pagué y salí de la librería en la gloria, dispuesta a devorar mi recién adquirida ambrosía:“Poemas de la Noche”, de Rainer María Rilke, “Un Poco más Grande que el Universo entero” de Fernando Pessoa y uno para releer en su idioma original “Canto a mí Mismo” (Song of Myself) de Walt Whitman.Libros....
La Vía Láctea, por Leonor Henríquez
69b, Leonor Henríquez

La Vía Láctea, por Leonor Henríquez

En las noches despejadas, se hace visible como un arco de luz, un aura blanca, un suave resplandor. Para los griegos, es una historia muy complicada. Zeus, Alcmena, Hera, Hércules, vaya usted a saber… Óleo y color, para los grandes artistas. Rubens y Tintoretto. Van Gogh, Chagall tal vez. Números, para los astrofísicos: una espiral de 180.000 años luz de diámetro;140 billones de estrellas;100 billones de planetas. Una interesante palabra, para los etimólogos Galaxia, del griego “galactos”, relativo a la leche. En fin, un gran misterio el cual hoy, desde mi palco de abuela, pude contemplar con la serenidad y el descanso que nos otorga esa privilegiada butaca. Y así, me quedé mirando extasiada, cómo una gotita de leche iba resbalando, dulce y lenta, por la mejilla de mi...