El tren fantasma, por Alfredo Behrens
ler em português Ahuyentado por las sirenas y las ratas de Nueva York, Augusto se zambulló en un Metro. Para peor, era el de la línea 3, que lleva gentes del Harlem hasta Brooklyn. Tanto el Metro como la gente parecen caerse a pedazos. Aunque en tonos diferentes el Metro y los pasajeros aúllan, y asustan. Augusto se baja en Columbus buscando una transferencia y se pierde. Dicen que se le vio, pasaporte uruguayo en mano, pidiendo por un tren fantasma a Montevideo.Digo esto porque el pandemonio de un viaje en Metro que me narró Augusto en el hospicio me recordó al que Augusto quería tomar a Montevideo. Se llamaba el Tren Fantasma. No llevaba a ninguna parte, pero te transportaba a un mundo de horrores en el parque de diversiones que homenajeaba al educador Rodó. Uno se subía a un carrito ...