Toques en la ventana, por Getulio Bastardo
Ya era muy pasada la media noche, no había reloj para mirar la hora; se escuchaban tenues toques en la ventana de madera. Los toques eran tímidos y suaves como no queriendo despertar a nadie. Solo yo los escuchaba. A mi habitación pertenecía esa ventana que daba a la calle, después de la ventana sigue la puerta que da a un zaguán y se cae al recibo y más allá las habitaciones donde dormían todos; lejos, quizás por eso nadie más los escuchaba .Los primeros toques fueron muy tenues y no podía distinguir si eran reales o yo estaba soñando, esperé no sé cuánto tiempo para escucharlos otra vez; en ese duermevela uno no sabe si está dormido o despierto, si sueña o es verdad lo que está pasando.Ya me estaba reconciliando nuevamente con el sueño cuando los escuché, con la mism...










