Despedida de soltera, por Luli Delgado
Lo mismo si son tres, cuatro u ocho. Invitar amigos a cenar siempre es todo un proyecto.El señor de esta casa y yo ya tenemos las tareas definidas. Él se ocupa de la comida y yo de la mesa, porque lo contrario, sobre todo en mi caso, sería suicida.En fin, cada uno asume sus tareas. Poner la mesa es un ritual sagrado. Sacar cubiertos, limpiar las copas con alcohol, refrescar la memoria de cómo es que se doblan las servilletas, a lo que se agrega que no falten las velas, los pica picas para cuando llegue la visita, en la cocina los platos del postre junto con la bandejita del café esperando su turno. Todo preparado y en su santo lugar.Siempre es un placer, porque es muy rico eso de compartir la casa con amigos, sobre todo tomando en consideración que invariablemente el chef de esta casa se l...