Por lo menos hicimos eso – Felipe González Roa
El Incorruptible esperaba, con la mandíbula destrozada, en la Conciergerie. Algunas horas antes antiguos aliados y viejos enemigos se pronunciaron en su contra y precipitaron su ruidosa caída. Muy pocos se mantuvieron fieles a Maximilien Robespierre. Entre ellos destacaba la figura del “ángel del terror”, Louis de Saint-Just, quien, al igual que su compañero, aguardaba por su pronta ejecución.Cuenta la historia que, cuando ambos se preparaban para enfrentar a la guillotina (la misma a la que ellos habían enviado a miles de franceses), Saint-Just apuntó su dedo hacia una de las paredes de la cárcel y le dijo a Robespierre: “por lo menos hicimos eso”. Señalaba un dibujo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.Sea este relato cierto o falso, aunque probablemente se trate ...