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Getulio Bastardo

La novia del estudiante, por Getulio Bastardo
90c, Getulio Bastardo

La novia del estudiante, por Getulio Bastardo

Todas las semanas recibía sus cartas, perfumadas, que él respondía igualmente perfumadas y colocadas en sobres de colores muy suaves, rosado, violeta, azul, tal como habían llegado, escritas con caligrafía fina; por supuesto nunca las leí, pero supongo que se ratificaban su eterno y fiel amor.Su mesita de noche estaba adornada con la foto de la escribidora de cartas en un marco plateado repujado con arabescos donde predominaban corazones y rosas y algún cupido entreverado.No tenía ojos para ninguna otra mujer… solo para su prima y novia.Los estudiantes de medicina hacen sus pasantías en otras ciudades de la región y es por eso que en los últimos dos años o bienio clínico, como también se le dice, algunos deben salir de la ciudad.Llegó a su pasantía a hacer sus últimos ciclos, y ya el trato...
El Botox, por Getulio Bastardo
89c, Getulio Bastardo

El Botox, por Getulio Bastardo

No sé si a ustedes les pasa lo que a mí con la gente que se pone Botox en la cara, que se me hacen desconocidos.En realidad, me pasó con dos personas.Yo entiendo que quieran parecer siempre “jóvenes y bellas”, como me dijo una paciente esquizofrénica, una cuarentona que quería operarse la nariz mestiza, ancha y prominente.Al fin y al cabo, cada uno hace con su cara lo que quiera. El Botox sirve para eso, para esconder el paso de los años, las carencias naturales o el peso de la genética.Pero más que parecer “joven y bella” uno debe parecer sano y saludable, y esto solo se consigue con buenos hábitos de alimentación, sueño y actividad física.Hay que evitar los azúcares refinados, por ejemplo, y no todos estamos dispuesto a hacerlo.Es más fácil estirarse la piel, succionar la grasa abdominal...
Una mujer en la calle, por Getulio Bastardo
87c, Getulio Bastardo

Una mujer en la calle, por Getulio Bastardo

Al final de la tarde, el sol resplandecía anaranjado ocultándose en las montañas, un disfrute a la vuelta del trabajo. Como venía absorto, no se dio cuenta de que algo o alguien había caído delante del carro hasta que escuchó el golpe. Con miedo, la vio levantarse. Le preguntó si se había golpeado.Ella se incorporó y respondió que no.Mientras se formaba un corneteo, ofreció llevarla, dijo que iba para El Bosque.En el carro seguía comentando: “Se me quebró un tacón justo cuando pasabas y por eso le di a tu carro tratando de apoyarme, pero me caí”.Era joven, alta, de caderas redondas y pechos grandes, piernas bien formadas que apenas cubrían una escasa minifalda. Los senos sobresalían a punto de desgarrar el sutil género de la blusa. Tenía facciones finas con un dejo árabe.Dijo que estaba de...
El galán, por Getulio Bastardo
86c, Getulio Bastardo

El galán, por Getulio Bastardo

Llegó una noche a casa de su amigo muy asustado, temeroso.- Me están persiguiendo, me quieren matar. Escóndeme.El amigo vivía en una casa con un garaje donde se podían guardar los carros alineados uno detrás de otro. Acomodaron o escondieron su camioneta primero y luego la del amigo. Así la hacía menos visible.Toda esta maniobra la hicieron apresurados y en silencio, él muy nervioso, temblaba, le sudaban las manos, sus axilas parecían pozos invertidos, miraba constantemente afuera y a la calle.Al fin entraron a la casa, donde la esposa del amigo, extrañada, los esperaba ya con la cafetera hirviendo.Se sentaron en la cocina expectantes y comenzó su relato.Vivía en un apartamento a cuyo edificio se mudó una pareja sin hijos. El esposo viajaba constantemente y la mujer se quedaba sola varios ...
Mitomanía, por Getulio Bastardo
85b, Getulio Bastardo

Mitomanía, por Getulio Bastardo

Eran los años setenta y cursábamos el post grado. Los sábados teníamos revisiones bibliográficas. Ese sábado coincidimos en la entrada del hospital, un compañero muy vistoso, conversador, espontáneo, alegre, espléndido, cuando íbamos a su casa, se deshacía en atenciones, buenos vinos y mejor güisqui, así como pasa palos y quesos importados, pero ese día al no más verme me espetó: “se me fue el socio de la tienda de Margarita y se llevó quinientos mil bolívares”. “Uf, qué vaina” respondí “y ¿qué piensas hacer?”- “nada. Esa plata la perdí”Otro día me dijo que le habían decomisado en la frontera con Colombia en el estado Apure veinte mil vaquillas que estaba trasladando, pero la Guardia Nacional no entendió que era solo un traslado de una hacienda a otra, no un contrabando.También tenía una h...
Amantes de un solo beso, por Getulio Bastardo
84c, Getulio Bastardo

Amantes de un solo beso, por Getulio Bastardo

Trabajaban juntos, eran profesores universitarios, casados con personas mayores que ellos. Ella, con un magistrado influyente y él con una maestra de primaria.Ella, de estatura promedio, rasgos delicados, piel morena, con un cuerpo cultivado en muchas horas de gimnasio.El alto, de contextura fuerte, buen hablar y mejor escribir, fotógrafo y músico aficionado. Hicieron buenas migas desde el principio.Ella pasaba horas en el cubículo de él o él en el de ella. Para estar más tiempo solos, corregían exámenes juntos y aprovechaban para disfrutar y reír de los disparates que algunos alumnos escribían como respuestas en las pruebas.Se fueron conociendo y contando cosas, adentrándose cada vez más en las intimidades del otro. Llegaron a creerse novios cuando una única vez se besaron en el cubículo ...
Amores frustrados, por Getulio Bastardo
83c, Getulio Bastardo

Amores frustrados, por Getulio Bastardo

Era para la época lo más cercano a una novia que uno hubiese podido tener. No terminábamos de cuajar como novios, pero tuvimos más allá de una simple amistad. Todas las tardes me arreglaba con mis pantalones de lino, mis camisas almidonadas y planchadas, con mi formalidad, para visitarlos. Quizás fuimos esa clase de amores sin celos, reclamos, compromisos, peleas ni reproches, que al estar juntos nos disfrutábamos ¿hay algo más perfecto que eso? Era la tercera de cuatro hembras y un varón, el mayor era mi amigo. Me esperaban vestidos para conversar, jugar Monopolio, ir al cine, pasear solos o con sus padres. Éramos parientes lejanos. Con ella di mis primeros pasos en el baile, si es que eso se puede llamar bailar, a mover los pies hacia delante o hacia atrás, sin orden ni conc...
Pon de tu parte, por Getulio Bastardo
45a, Getulio Bastardo

Pon de tu parte, por Getulio Bastardo

No soporto esa frasecita.Cuando se le dice a un paciente deprimido “es que tú no pones de tu parte”, lo estamos culpando de su enfermedad. Es como si le dijéramos que él tiene la culpa de estar deprimido o que él tiene la culpa de tener un trastorno de ansiedad, y no se mejora porque él no le echas ganas, como dirían otros, o no quiere mejorarse.Nada más incierto. El paciente no se mejora por sí solo, nadie se mejora por sí solo, nadie es capaz de curarse sin ayuda, de una enfermedad, cualquiera que sea.Si un paciente tiene una apendicitis ningún médico le va a decir “ponga de su parte cúrese de la apendicitis”ni siquiera de una gripe.  Para una gripe necesitamos reposo, líquidos, antipirético, analgésicos y antihistamínicos; asimismo para un trastorno emocional necesitamos tratamiento psi...
Para un amigo – Getulio Bastardo
25c, Getulio Bastardo

Para un amigo – Getulio Bastardo

Eran los 60, 1967 para ser más exactos. Universidad de Lo Andes, facultad de medicina, cátedra de psicobiologia, tema mecanismos de defensa, todos en el salón expectantes. Entra un profesor elegantemente trajeado; la ciudad, la época y las circunstancias se prestan para vestirse bien, además el caballero sabe cómo hacerlo; parecía un lord inglés, después me entero que era Cumanés emparentado con el Gran Mariscal de Ayacucho. Una de las técnicas o metodología que empleábamos los estudiantes de la época era grabar las clases de los profesores, así que el podio estaba lleno de micrófonos y grabadoras, “ parece que estoy dando un discurso en la ONU con tantos micrófonos”, bromeó el profesor antes de comenzar su disertación sobre negación, racionalización, sublimación, etc. Termino...