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Lucy Gómez

No me arrepiento, Lucy Gómez
41a, Lucy Gómez

No me arrepiento, Lucy Gómez

Cuando era pequeña, mi familia era católica de la boca para afuera. Quiere decir que todo el mundo se casaba por la iglesia – si se casaba- bautizaba a sus hijos y hacía la primera comunión en ceremonias masivas en las escuelas. Pocos éramos realmente practicantes, aunque se viera rarísimo a quien se excusase de ir clase de religión.Mis contactos con el arrepentimiento formal, el analítico y filosófico, vinieron de contactos extra familiares y posteriores con la iglesia y la doctrina, porque en casa no se hablaba de eso. Para mi madre el mundo era más binario. O hacías bien las cosas o las hacías mal... y si las hacías mal tenías por seguro un castigo, físico generalmente. Nada de: “ay Mami, lo siento mucho”, o “Mami, estoy arrepentidísima de haber hecho eso”. Nunca se me ocurrió decírselo...
La vida de mis cosas, por Lucy Gómez
39b, Lucy Gómez

La vida de mis cosas, por Lucy Gómez

Estaba terminando la tarea, que era describir objetos. Estoy aprendiendo una nueva lengua, el catalán, y el ejercicio era practicar los adjetivos y los verbos describiendo dos cosas que estuvieran en mi casa, que tuviese que ver todos los días.  Pasé un tiempo revisando mentalmente, y al final escogí una lámpara y una jarra eléctrica para hervir agua, o, según yo, una jarra de hacer té, porque para eso es que las uso.En este caso, la tarea consistía además en que uno de los objetos escogido fuera bellísimo o sumamente útil, y el otro muy feo o que no sirviese para absolutamente nada.La lámpara es el útil, porque me ayuda a escribir y a estudiar de noche, que es mi tiempo productivo, y la jarra, el inútil, porque la compraron como una gran cosa en una tienda de segunda mano y pasó de la glo...
Vamos a buscarlos  –  Lucy Gómez
36a, Lucy Gómez

Vamos a buscarlos – Lucy Gómez

No soy detective, pero no importa. Siempre me gustó esa parte del trabajo que consiste en buscar a alguien o algo. Desde pequeña me gustaron las historias, entender el mecanismo con el que se mueven las personas, mental o materialmente y como eso nos lleva a poder localizarlas en el tiempo en el espacio. La novela negra es un ejemplo claro de cómo poner ese conocimiento en acción y me gusta mucho.Tuve épocas en que las leía casi con exclusividad, antes y después de que me diera por la ciencia ficción y las series de tv de extraterrestres, antes inclusive de CSI, los investigadores del ADN y los sprays que descubren sangre en las paredes y el piso de inmaculadas salas en los Estados Unidos e Inglaterra.A más de uno le pareció horrible mi pasión por el asesinato, pero no es tanto por la sang...
Controla, que algo queda – Lucy Gómez
35b, Lucy Gómez

Controla, que algo queda – Lucy Gómez

Todo el mundo quiere que yo haga algo. Siento literalmente los tirones. Que llame para que me den una cita, que termine de levantarme, que sonría, que diga que todo va bien, que odie la comida italiana, que adore la comida francesa, que compre, que pague.Control, control, control.No es que diga que yo no controle ahora o no lo haya hecho antes, sino que siento   en este momento como nunca el control vívidamente, de una manera física, como correas invisibles de las que unos halan más  que otros.  Por la vida, más que por el destino o por el karma, caminamos guiados por los titiriteros del control.Tanto es así que esta mañana al despertarme, tenía en la cabeza el horario en que tenía que escribir, dar una clase, salir a hacer una diligencia y por ende, empezar a funcionar.Pero no específicam...
Por eso te escribo esta carta – Lucy Gómez
30b, Lucy Gómez

Por eso te escribo esta carta – Lucy Gómez

Quizá esta carta sea una de las últimas que escriba, no por alguna tétrica razón, sino porque el formato se me va paulatinamente entre las manos.Me di cuenta ayer respondiendo un email, otra antigualla tecnológica pero no tan gagá como el género epistolar. Y es una lástima, porque las cartas públicas y privadas han hecho la delicia o el horror de mucha gente y han alimentado la curiosidad por lo íntimo que hoy se satisface en los programas del corazón o como quiera que se llamen.También han servido para conocer los entresijos de lo público y del alma de gente famosa, y si no que lo digan cartas, como J' accuse, de Emile Zolá o las de Santa Teresa." Querido tal”, empezaba yo en las mías, mucho más humildes.  Cuando las escribía me esforzaba en explicar al destinatario cómo estaban mi famili...
El papeleo – Lucy Gómez
25b, Lucy Gómez

El papeleo – Lucy Gómez

El papeleo ya no es lo que era. Teníamos en casa o en la oficina una cantidad de carpetas marrones, algunas con etiquetas y otras no.Sobresalía alguna por su hinchazón debida a la enorme  cantidad de  impresos con una  tendencia maligna  a desparramarse, caerse y posteriormente perderse lo que contenía.  Algunos, los más problemáticos,  se identificaban con sellos de organismos oficiales. Si se extraviaban había que hacer cola por días para poderlos recuperar.En mi criterio, los humanos ordenados son una minoría,  la mayoría somos desordenados.Esa es  una de  las razones  por las que el mundo anda patas arriba. Pero en ese panorama de desorden generalizado, mitigado sólo por la buena conducta de la minoría de humanos ordenados que existe, todo cambió  cuando los papeles cedieron terreno a ...
A Marte – Lucy Gómez
21a, Lucy Gómez

A Marte – Lucy Gómez

Con más noticias sobre Marte y los viajes espaciales, llegar allá parece estar a la vuelta de la esquina. Para la especie humana en general, no en particular porque los entrenamientos para astronauta no son lo mío.Pero soy curiosa y me llama la atención que se haga realidad lo que veía desde pequeña en las series espaciales de televisión, que eran mis favoritas. Con el mundo digital a mis pies, los nuevos marcianos podrían ser mis invitados por teleconferencia. A mí me encantaría.Después me puse a investigar la cosa y se me enfriaron un poco los ánimos. Lo que ocurre es que para que alguien pueda establecerse en Marte pasará algún tiempo.Como la atmósfera marciana no es igual a la terrestre ni existe el mismo campo magnético, que es lo que nos protege del sol y de otras radiaciones, sería ...
El único hombre de mi vida – Lucy Gómez
Lucy Gómez, 15a

El único hombre de mi vida – Lucy Gómez

Hay frases que se ponen viejísimas de repente. Una de ellas es “el único hombre de mi vida". Les confieso que cuando todavía leía novelas de Corín Tellado en Vanidades, antes de los dieciocho años, creía que era posible que en alguna parte hubiese uno para mí. Aunque no fuese una de esas muchachas que con una sola mirada volvían loco a cualquiera y que vivían en un mundo diferentísimo al mío, donde la gente en vez de trabajar y estudiar como locos se la pasaba pensando y cuadrando  pasiones, encuentros, intrigas y dramones.  ‘En las telenovelas, ¿no se han fijado en que la gente nunca trabaja? Todo el tiempo se les va en preocuparse, llorar, chismear, besarse, etc. Pero trabajar, nada. Como a mí me pasaron las cosas de manera diferente, creí varias veces que había encontrado al ú...
Suculentas – Lucy Gómez
Lucy Gómez, 14a

Suculentas – Lucy Gómez

Adaptadas a la falta de agua, hay unas plantas cuyo aspecto desmiente la idea de carencia. Son capaces de crecer en sitios donde pueden pasar meses o años sin que llueva, pero los  colonizan  a tope  almacenando agua ambiental  para sobrevivir. Se ven fuertes y por dentro rebosan jugos. De ahí viene su nombre porque en latín, idioma botánico por excelencia, “suculenta” quiere decir jugosa. Las hay con espinas, sin espinas y con algunas espinas. Las que en vez de hojas tienen sólo espinas son los cactus y las demás, crasas. De ellas les voy a contar ahora. Son perfectas para las ciudades, porque si se te olvida regarlas, no importa, mejor. Para aquellos que no saben de qué seres les  hablo, es posible que se hayan cruzado con algunas sin saberlo. Millones de personas gozan de las virt...
¿Te caen bien tus hijos? – Lucy Gómez
Lucy Gómez, 13a

¿Te caen bien tus hijos? – Lucy Gómez

Uno de los convencionalismos más fuertes que existe es que los hijos siempre les caen bien a sus padres. No dudo que haya que protegerlos y salvaguardarlos, ni del amor que inspiran, sino de revisar esa relación que te reconcilia con la vida familiar o te hunde en la miseria  y  que bien analizada es capaz  descubrirnos algo  para el común  inadmisible: pueden caernos malísimo. He hecho varias veces la pregunta y las miradas de sorpresa fueron mayoritarias. Se da por sentado que entre padres e hijos hay siempre simpatía. No estoy de acuerdo. Hay niños que no pueden estar en un sitio sin destrozar algo, con la palabra o con las acciones, a propósito. Otros viven en perpetuo aislamiento, ensimismados en la cuarta nube. Los hay quejicas constantes por lo que hay, por lo que no ha...
Normales – Lucy Gómez
Lucy Gómez, 11 a

Normales – Lucy Gómez

Hoy, el deseo de quedar bien y pertenecer se multiplica por la cantidad de ojos virtuales que existen... Parece que la aspiración común es ser normal. Existen a quienes les importa mucho la aceptación, hacen lo que sea por encajar,  y a quienes les importa entre poco, muy poco y nada. La mayoría de la población se encuentra en el primer grupo. Desde hace mucho tiempo, salirse de la norma hacía problemático dedicarse a la mayoría de las profesiones y oficios masivos, aunque nada impedía que más allá de las horas de trabajo o estudio, cada uno hiciese lo que  le diera la gana. Hoy, el deseo de quedar bien y pertenecer se multiplica por la cantidad de ojos virtuales que existe  y los juicios  que se producen  o creemos que se hacen  de nosotros.  De allí que el deseo de aceptación te...
Sin penitencia – Lucy Gómez
Lucy Gómez, 11 a

Sin penitencia – Lucy Gómez

El tiempo pasaba sin cambios. Sólo tenía trabajo duro y el cuidado de sus hijos en casa de los suegros, atrapada en una relación de cinco años. Después de un año y algo de pasión, tres embarazos casi consecutivos y varias traiciones, aquella unión se había convertido en una mezcla de fastidio institucionalizado y mucha tristeza. Se enamoró de un tipo buenmozo, simpático, dicharachero y juerguista. Muchas le tenían envidia, pero ese era su rostro público.  A distancias cortas era un hombre inseguro que no admitía críticas, hacía chistes hirientes sobre el aspecto de su mujer, esquivaba responsabilidades y disminuía el valor de todo lo que ella hacía. Paraba en casa apenas, entre desapariciones de una, dos o tres semanas.  Se enteraba por rumores familiares de que tenía un nuevo traba...