Traición sorda IV – Alfredo Behrens
La conversación con Adelaide le dejó un gusto amargo. Ella sonaba genuinamente dolida por la muerte de Mario. Se puede entender. Aunque Mario repetidamente se refería a ella como "aquella bruja", había un entendimiento entre ellos, el amor no había muerto. A diferencia del suyo con su esposa. Quizás por eso Juan había matado a Mario y no a su esposa. Por ella él no sentía más que lástima. Quien realmente lo traicionó fue Mario. Quién sabe qué vio Mario en ella. El hecho es que Juan también extrañaba a Mario.
Pero ya estaba hecho, y como dijo Adelaide, el velorio de Mario solo después de que los médicos forenses liberaran el cuerpo.
Juan se volvió para mirar a su esposa que todavía sollozaba con la cabeza entre las manos. ¿Por qué lloraría? No podía ser amor, para Mario ella sería...