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Rafael Victorino Muñoz

La caverna del hipopótamo, por Victorino Muñoz
62a, Rafael Victorino Muñoz

La caverna del hipopótamo, por Victorino Muñoz

Cuando vemos un hipopótamo, pensamos que es un animal gordo, pues hemos hecho abstracción de sus cualidades, ignorando otras. Esta cualidad de la gordura del hipopótamo suele ser proyectada incluso hacia las personas, diciendo, por ejemplo, de alguien, que es como un hipopótamo (por su gordura), jugando con figuras retóricas (visuales o textuales), al dibujar una figura animada con cuerpo de hipopótamo y vestido y calzado de bailarina.Pero los hipopótamos no son gordos, o no lo sabemos. Es que sólo se puede decir que una persona o animal es obeso cuando su relación peso-talla está por encima de una media predeterminada. Y no sólo desconocemos cuál es la media en los hipopótamos, sino que tampoco hemos hecho la medición de algún hipopótamo en particular para afirmar que el mismo esté por en...
El regreso del Gran Hermano, por Victorino Muñoz
52c, Rafael Victorino Muñoz

El regreso del Gran Hermano, por Victorino Muñoz

En la conocida obra 1984, de George Orwell, el mundo vive una época en la que todo está controlado por una figura y un partido únicos: el Gran Hermano e Ingsoc. Según la narración, en todas partes están “un cartel de colores: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas” y una eterna inscripción: “el Gran Hermano te vigila”.Para esta vigilancia permanente, el partido contaba con la policía del pensamiento y un instrumento poderoso y eficaz: la telepantalla, presente en todos los lugares: la oficina, el trabajo, la calle, el hogar, incluso en las habitaciones y espacios más íntimos. “La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido… era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del rad...
Haters del mundo, uníos, por Victorino Muñoz
50a, Rafael Victorino Muñoz

Haters del mundo, uníos, por Victorino Muñoz

Cada quien es como es, y pierde el tiempo de la mejor manera que considera. Cosa que es lo razonable, aunque aquí en este país tenemos la costumbre de perder el tiempo de la peor manera y no de la forma que uno quiere, sino como lo deciden los funcionarios públicos...Pero me estoy desviando, no es de eso de lo que quería hablar, sino de otra cosa. Quería decir, retomando el asunto, que cada quien decide cómo perder el tiempo, y que no deberíamos cuestionar las inclinaciones personales. Sin embargo, no deja de parecerme extraño que haya personas que en lugar de dedicarse a sus gustos, se dedican a sus disgustos.Explico: hay personas que odian a Cristiano Ronaldo o a LeBron James, o a Metallica, y deciden fundar o afiliarse al club de antifans. Crean una página web o una cuenta de redes soci...
Ídolos rotos del deporte, por Victorino Muñoz
47a, Rafael Victorino Muñoz

Ídolos rotos del deporte, por Victorino Muñoz

Encumbrar ídolos es algo que hacemos, aunque no sabemos bien por qué. Dejo a otros la infausta tarea de indagar por tales razones. Me importa, aquí y ahora, dar fe de un hecho fundamental: con la misma rapidez con que subimos a alguien en un pedestal, lo bajamos y lo echamos al olvido.Ahora, esto no es tan difícil en el mundo del deporte. Y claro, es que ellos mismos a veces no ayudan. Algunos por escasa formación académica, o porque se les sube a la cabeza la marea del éxito, la mayoría cae en actitudes y comportamientos que les criticarán mañana los que los alaban hoy.Tal vez esperamos de los ídolos en el deporte un comportamiento correcto y muy moral, respetuoso de las normas ciudadanas y todo eso, tomando en cuenta que han vencido en el mundo del deporte respetando las reglas de los mi...
Radiografía de una hazaña, por Victorino Muñoz
45a, Rafael Victorino Muñoz

Radiografía de una hazaña, por Victorino Muñoz

Alguna vez traté de practicar béisbol. Mi problema no fue atrapar, ni correr las bases, ni lanzar. Nada de eso. Simplemente era que no bateaba. A pesar de que era una categoría infantil, en la que los lanzadores no se caracterizan por su excesiva velocidad. No daba bate con bola, como dice el refrán (adaptado al béisbol).¿Cómo será ese asunto en las Grandes Ligas, donde los serpentineros alcanzan velocidades supersónicas? Imagínese el lector: se acerca un carro a más de 150 kilómetros por hora, pero usted sólo se da cuenta de eso cuando ya está a 19 metros (la distancia del montículo al home). No le daría tiempo de reaccionar. Qué bueno que en nuestro caso es sólo imaginación.Pero esta es la realidad del día a día de un pelotero en las Grandes Ligas: ver venir esa pelota, a tal velocidad, ...
Taxonomía de lectores, por Victorino Muñoz
40a, Rafael Victorino Muñoz

Taxonomía de lectores, por Victorino Muñoz

El lector búho prefiere pasar las noches en blanco, desvelándose ante la página Hay distintos tipos de lectores, cada quien con su cada cual. Veamos: Lector promiscuo: el que lee varios textos a la vez, sin mantener una relación seria con ninguno. Lector con estreñimiento es el que lee en el baño. Cuánto más largo el texto, más difícil la micción. Un epigrama de Catulo a mí me basta. Pero hay unos que se terminan a Proust y todavía no bajan la palanca. Lector culpable: el que no termina un libro y se atormenta pensando por qué lo dejó a la mitad; y no se está tranquilo hasta que retoma la lectura y la acaba. Lector tacaño: el que ahorra páginas de lectura para que el libro no se le acabe tan rápido. A veces lee con un solo ojo, como si así fuera a evitar que se desgasten...
¿Quién quiere ser millonario y a quién le digo cómo serlo ?- Victorino Muñoz
37a, Rafael Victorino Muñoz

¿Quién quiere ser millonario y a quién le digo cómo serlo ?- Victorino Muñoz

 La historia no es nueva. Los gurúes que venden el secreto del éxito a dos centavos existen desde hace un rato. Florecieron con la publicidad. La estupidez y la viveza son sus bases y, claro, datan de mucho antes. Solo que no tenían unos medios tan efectivos a disposición.Y, pues, cada día sale a la calle un tonto que no sabe qué hacer con el dinero, de la misma forma que iba Caperucita por el bosque, sin saber que antes también habían salido los hombres que son los lobos del hombre.De ofertas sobre cómo hacerse ricos están llenos los medios. Hay tantas páginas ofreciéndonos la olla de oro al final del arcoíris como páginas pornográficas, con la diferencia de que en estas últimas por lo menos te muestran lo que quieres ver, aunque no lo puedas tocar (pero otro día hablaremos de eso).Los tr...
Cuando al hampa le da por filosofar – Victorino Muñóz
33a, Rafael Victorino Muñoz

Cuando al hampa le da por filosofar – Victorino Muñóz

Primer roundUna noche regresaba de una actividad, ya un poco tarde. De pronto vi que una sombra aparecía desde la otra esquina y cruzaba la avenida; llevaba una dirección que evidenciaba el deseo de cortarme el paso. A media calle, prácticamente, el sujeto me interceptó: era algo pequeño, de una edad indefinible, un bigote ralo y escaso, camisa muy arrugada. Me dio la mano, me saludó al tiempo que me preguntó:- Buenas noches, compañero, ¿usted cree en Dios?La pregunta y el tono, en combinación con la hora, me dejaron sin saber qué responder por unos instantes, mientras el sujeto aún sostenía mi sudorosa mano. “Claro”, fue lo único que pude decir. El hombre me soltó por fin y añadió:- Nosotros somos es hampa seria: andamos buscando a un tipo para matarlo.Al tiempo que decía eso veía por sob...
Esos pobres salvajes que somos, por Victorino Muñoz
69c, Rafael Victorino Muñoz

Esos pobres salvajes que somos, por Victorino Muñoz

Las culturas que llamamos primitivas a menudo son más inteligentes que nosotros en varios y diversos sentidos. El primero es que suelen convivir con su entorno sin dañarlo, contaminarlo o agotar sus recursos; aunque también en el pasado y el presente hubo, hay y ha habido grupos que sí malversaron sus recursos naturales y los agotaron, como se piensa que ocurrió en la isla de Pascua.Por otra parte, valoran las cosas verdaderamente importantes. En sus mitos lo evidencian: hablan de la sal, de las plantas, del fuego. En sus ritos lo manifiestan: celebran la llegada de las lluvias, el inicio de las cosechas. En sus creencias también: adoran al sol, la luna, el agua. El hecho de que los mencionen en sus mitos, los celebren en las fiestas y los adoren cotidianamente, evidencia, como decía, la i...
La ceguera del poder, por Victorino Muñoz
68b, Rafael Victorino Muñoz

La ceguera del poder, por Victorino Muñoz

Basta que una persona comience a ocupar un cargo donde pueda tomar decisiones (desde una junta de condominio hasta la presidencia, pasando por alcaldías y gobernaciones) para que comience a creerse unas cuantas cosas que antes no se creía. Una de esas, nacidas de la nada, es la infalibilidad de su juicio. (Dadle poder a un imbécil y se creerá un genio.)El que toma una decisión en cualquier situación de su vida, así sea cruzar la calle o comprar una casa, en algún momento piensa, duda, reflexiona, acaso vacila, pide consejo, analiza opciones, en fin, hace lo que cualquier ser sensato: medita, porque podría equivocarse.Pero el gobernante, hasta ayer un cualquiera, se ve de pronto en una situación donde cree que puede hacer lo que sea porque si se equivoca en nada le afecta a su patrimonio si...
Cuando llega el gas al barrio, por Victorino Muñoz
64b, Rafael Victorino Muñoz

Cuando llega el gas al barrio, por Victorino Muñoz

El asunto comienza desde muy temprano. Ya el día anterior han enviado el mensaje: mañana llega el camión. A las cinco de la mañana, se deja escuchar el rumor de las conversaciones y el sonido de las carruchas, carretillas y diversos dispositivos que los vecinos improvisan para transportar varios cilindros.Me recuerda cuando éramos jóvenes y todavía existía la costumbre de ir a misa de gallo en navidad. Algo así se palpa en el aire. La alegría se desborda y la camaradería aflora. Las vecinas chismosas que ayer no se hablaban, hoy se ayudan acarreando una bombona pesada.Hasta el Catire, el perro de la cuadra, anda alborotado, de aquí para allá, supervisando el proceso. Se para a escuchar una conversación, luego se arrima a los que hacen conciliábulo en la esquina. Parece el anfitrión de una...
Las mujeres y las rubias primero, por Victorino Muñoz
49a, Rafael Victorino Muñoz

Las mujeres y las rubias primero, por Victorino Muñoz

Entre todas las cosas, actividades y situaciones surgidas en torno al cabello humano, la necesidad de teñirse el pelo constituye para mí una de las más curiosas. Aparte del comprensible temor al envejecimiento y a la muerte, que nos lleva a querer ocultar las canas (con lo que no detenemos en realidad ni la vejez ni la muerte), hay diversas razones para que la gente decida teñirse el pelo. Obviamente, en algunos casos es por moda, para parecerse a alguien; por ejemplo, se sabe del furor rubio que desató Marilyn Monroe.Esta práctica es de muy vieja data. Marcas como Schwarzkopt, por mencionar alguna, tienen cien años en el mercado ofreciendo tintes. Pero el origen es más antiguo: al parecer ya los egipcios tenían esta costumbre. Los griegos también mostraron interés en el cuidado del cabell...