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Rafael Victorino Muñoz

Diversidad cero, por Victorino Muñoz
70a, Rafael Victorino Muñoz

Diversidad cero, por Victorino Muñoz

 Muchas personas critican los concursos de belleza. Yo también, pero por razones distintas. Creo que la idea que tengo de estética guarda relación más bien con la diversidad que con la homogeneidad. Y el asunto con las misses es que todas tienen 25 años, 1,70 de estatura y miden 90-60-90 (o al menos eso nos dicen). Les enseñan a caminar igual. Sus hobbies son ir a la playa y bailar. ¿Cómo hacen para elegir una u otra?Para que los concursos de belleza fueran entretenidos debería haber distintos tipos de mujeres. Mujeres de 40 años, de 50, altas, delgadas, más gruesas, solteras, divorciadas con hijos, abogadas, amas de casa... tal como en la vida real. Dígame si los escritores fuéramos así y nos pusiéramos de acuerdo para escribir sobre la arquitectura del Medioevo y no hubiera otra clase de...
País de tuertos, por Victorino Muñoz
63b, Rafael Victorino Muñoz

País de tuertos, por Victorino Muñoz

Se piensa que es tan importante el liderazgo que hasta se estudia: clases de líderes, su discurso, ese incierto concepto que llaman carisma. Y a menudo se citan ejemplos sobre situaciones que a lo largo de la historia se han logrado gracias a que un hombre estuvo a la cabeza: Julio César, Napoleón, Bolívar, Gandhi, Mandela, Martin Luther King. Respeto a unos pocos de estos como personas o como pensadores, pero a muchos los aborrezco porque llevaron a gente a la muerte.A cada uno de esos ejemplos históricos yo contrapongo otros tantos logros humanos en los que no hubo necesidad de guías. Después de todo, ¿quién fue el líder en la consolidación de la civilización humana, en el perfeccionamiento del lenguaje o en el desarrollo de la agricultura, y pare usted de contar? No sabemos o no importa...
Biografía de un espantapájaros, por Victorino Muñoz
59b, Rafael Victorino Muñoz

Biografía de un espantapájaros, por Victorino Muñoz

Nuestro personaje comenzó en esto cuando estaba en la universidad. Pronto entró en contacto con los grupos estudiantiles, los que dicen ser dirigentes. Como todo el mundo, empezó siendo comparsa. A veces lo llamaban para ir a las reuniones. Escuchaba.Había que dejarse ver y hacer saber que estaba con el partido. Después le dirían que él sería delegado de prevención estudiantil. Y ya no fue más a clases. Pero tampoco hacía falta; el asunto se resolvía, porque hay profesores de esos que te pasan la materia, porque también quieren ser directores de escuela y requieren del voto de los estudiantes.Luego fue miembro del consejo, presidente del centro de estudiantes. Ya tiene doce años desde que entró a la universidad y nunca en realidad ha entrado, por lo menos no a un salón. Pero es amigo del d...
Curiosidades del Nobel, por Rafael Victorino Muñoz
74c, Rafael Victorino Muñoz

Curiosidades del Nobel, por Rafael Victorino Muñoz

El premio Nobel de literatura se concede desde 1901. Se ha conferido todos los años, con excepción de dos interrupciones: en la primera guerra (no se eligió a nadie en 1914 ni en 1918), y en la segunda (no hubo ceremonia entre 1940 y 1943). En dos ocasiones (1917 y 1974) se confirió a dos personas, a la vez.Con respecto al país o nacionalidad de la persona, los más galardonados son: Francia (16), Reino Unido (12), Estados Unidos (10), Alemania (10), Suecia (7). Los cuatro primeros mencionados aglutinan la tercera parte de los premios.Es interesante señalar que en cuanto a continente o región, Europa aventaja claramente a Latinoamérica, 87 a 6. En esta última, la proporción es un premio Nobel por cada cien millones de habitantes. Pero el caso de Asia es aún más desigual, ya que son 4500 mi...
Cadenas en el corazón, por Victorino Muñoz
73a, Rafael Victorino Muñoz

Cadenas en el corazón, por Victorino Muñoz

Hace algunos años, cuando estudiábamos en la universidad, entramos en contacto con un universo de textos y autores que no habíamos imaginado. Eran muchos nombres los que se barajaban y que para mí eran totalmente desconocidos. Y, entre tantos, en una ocasión me topé con un señor que se llamaba como yo, pero que tenía unos poemas que eran como un mazazo en el cráneo y sin anestesia. Se trataba de Rafael Cadenas, y de Derrota y Fracaso, respectivamente. Confieso que nunca he sido un gran lector de poesía en términos extensivos, pero sí intensivos. Con esto quiero decir que no conozco demasiados, pero a los que he leído, los conozco a fondo, ya que cuando algo me apasiona, lo frecuento hasta que absorbo su esencia (o al menos eso creo). En una ocasión le escuché decir a Reynaldo Pérez ...
Agüita de babandí, por Victorino Muñoz
66a, Rafael Victorino Muñoz

Agüita de babandí, por Victorino Muñoz

  Cuando era niño escuchaba mucho la expresión “echar agüita de babandí”, para referirse a panaceas milagrosas que curaban casi todo, sobre todo males que en realidad no existían. Según algunas enciclopedias que he consultado por ahí, el babandí es un arbusto del oriente del país, a cuyas raíces se atribuyen propiedades afrodisíacas. Luego, me sorprende pensar que un remedio para el amor pueda curar otras cosas, o casi cualquier cosa. Tal vez es porque cuando estamos enfermos de amor también nos enfermamos de todo y viceversa. Pero, noto que me estoy poniendo cursi y me estoy desviando del tema. Lo que quería decir, y el porqué recordé la expresión, es que cada vez que veo el fútbol, y más específicamente cada vez que veo que hay un futbolista tirado en la grama, quejándose de...
Club de fans de los 27, por Victorino Muñoz
60b, Rafael Victorino Muñoz

Club de fans de los 27, por Victorino Muñoz

Hay personas que parecen aprobar el modo de vivir desaforado en que incurrieron algunos artistas conocidos. Como si el morir joven fuera virtud y el llegar a viejos o seguir con vida una enfermedad o defecto.Pero también están quienes anteponen las figuras de los Rolling Stones, como para demostrar que el exceso no hace daño sino que perfectamente podemos sobrevivir muchos años, aún abusando de sustancias.No sólo es que varios de los miembros del referido grupo siguen en este mundo gracias a que se alejaron de esa forma de vida, sino que por cada Mick Jagger o por cada Keith Richards hay cientos, cuando no miles de Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain, Amy Winehouse...Todos ellos demuestran que los Stones son sólo la excepción que confirma la regla. Y eso sin contar los mi...
La cuenta que no da nada, por Victorino Muñoz
55a, Rafael Victorino Muñoz

La cuenta que no da nada, por Victorino Muñoz

Este encuentro sucedió hace más de treinta años. Pero todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Sobre todo por sus repercusiones en mí y porque sigue estando vigente en tantas partes. De hecho, tal vez este encuentro se repite todos los días, en cada barrio de cada gran ciudad de este país y tal vez de toda Latinoamérica.Yo regresaba de la Universidad. Había escogido el turno de la noche, porque me tocaba trabajar en el día. El transporte me depositaba a unas cinco u ocho cuadras de mi casa, dependiendo del camino que escogiera.Debo aclarar que yo solía llegar a las diez de la noche y vivía en un barrio bastante peligroso, de modo que escoger el camino largo era preferible, por el tema de la seguridad. Pero aquella noche escogí el corto.En una esquina estaba Pepe, un muchacho que a ve...
Encuentro con Ronald Hubbard, por Victorino Muñoz
51a, Rafael Victorino Muñoz

Encuentro con Ronald Hubbard, por Victorino Muñoz

Voy caminando por la avenida Bolívar y se me acerca un muchacho imberbe.- Señor, ¿me permite hacerle una encuesta?Viéndolo con las manos vacías le pregunto acerca de su instrumento para recoger los datos, ya fuera un aparato electrónico o alguna hoja impresa.- Son tres breves preguntas – aclara el joven, mientras se toca la sien, como para dar a entender que mis respuestas las podría almacenar en su cabeza, o qué sé yo qué.- A ver – digo yo, sin terminar de convencerme ante aquella situación (por menos que eso  seguramente reprendería a mis estudiantes de metodología. Aunque no estaba en mis clases, así que...)- ¿Qué es lo que más desea usted ser en la vida?- Escritor – respondo, aunque quedo con la culpable impresión de haber dudado un segundo.- ¿Y por qué piensa que no ha podido ser lo q...
Nada personal, por Victorino Muñoz
65a, Rafael Victorino Muñoz

Nada personal, por Victorino Muñoz

Un sacerdote abusa sexualmente de un niño y no acusamos al sacerdote sino a la Iglesia. Un policía mata a un joven afroamericano y no se habla tan mal del policía como de los Estados Unidos. Un tirano condena muerte a otros en nombre del comunismo y el culpable es el comunismo. El dueño de una fábrica explota y esclaviza a personas, pero no es él, sino el capitalismo el que debe responder.Los que así razonan creen que es mejor sentenciar, no al individuo, sino a lo que le instó a actuar. Dicen que a nadie se le puede juzgar por sus ideas. Pero yo creo que tampoco se debe juzgar una idea por culpa de un hombre o de un grupo.De verdad, nada parece tan simple para escudar la maldad personal que hacerla colectiva, convertirla en idea. Cometo un homicidio y puedo decir que actué movido por mi f...
La caverna del hipopótamo, por Victorino Muñoz
62a, Rafael Victorino Muñoz

La caverna del hipopótamo, por Victorino Muñoz

Cuando vemos un hipopótamo, pensamos que es un animal gordo, pues hemos hecho abstracción de sus cualidades, ignorando otras. Esta cualidad de la gordura del hipopótamo suele ser proyectada incluso hacia las personas, diciendo, por ejemplo, de alguien, que es como un hipopótamo (por su gordura), jugando con figuras retóricas (visuales o textuales), al dibujar una figura animada con cuerpo de hipopótamo y vestido y calzado de bailarina.Pero los hipopótamos no son gordos, o no lo sabemos. Es que sólo se puede decir que una persona o animal es obeso cuando su relación peso-talla está por encima de una media predeterminada. Y no sólo desconocemos cuál es la media en los hipopótamos, sino que tampoco hemos hecho la medición de algún hipopótamo en particular para afirmar que el mismo esté por en...
El regreso del Gran Hermano, por Victorino Muñoz
52c, Rafael Victorino Muñoz

El regreso del Gran Hermano, por Victorino Muñoz

En la conocida obra 1984, de George Orwell, el mundo vive una época en la que todo está controlado por una figura y un partido únicos: el Gran Hermano e Ingsoc. Según la narración, en todas partes están “un cartel de colores: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hermosas y endurecidas” y una eterna inscripción: “el Gran Hermano te vigila”.Para esta vigilancia permanente, el partido contaba con la policía del pensamiento y un instrumento poderoso y eficaz: la telepantalla, presente en todos los lugares: la oficina, el trabajo, la calle, el hogar, incluso en las habitaciones y espacios más íntimos. “La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido… era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del rad...