Arepología,
por Victorino Muñoz
Tras mucho reflexionar concienzudamente, he llegado a un alto grado de conocimiento acerca del asunto. Sin embargo, fue por azar, como una súbita iluminación, que logré dilucidar uno de los mayores enigmas que acongojan a la población venezolana: ¿qué va primero, la harina o el agua?
Como se sabe, esta vasta discusión filosófica ha agotado tanto las mentes más sesudas, como aquellas que solo se lanzan a opinar de manera irreflexiva, sin llegar ninguna de las dos partes a la solución.
Pero, hela aquí, gracias a mi mente clarividente: no es el orden de la harina o el agua lo que importa, ¡es la proporción entre las partes! Brillante, ¿no? Y la verdad siempre es así, clara y sencilla (perdonen mi emoción).
Sí, señor; ya lo decía Winston Churchill, hombre sabio donde los haya: tod...