Sin anestesia, por Victorino Muñoz
El martirio comienza desde días antes. Sabes que la fecha del asunto está fijada y no hay escapatoria. Podría postergarse, pero cuando hurgas con la lengua en el interior de tu boca te das cuenta de que es inexorable.No hay de otra. Hay que enfrentarlo, hay que sacar la bendita muela podrida y partida. Parece que fuera la ejecución de la sentencia. En efecto, ya nadie volverá a ver a la muela. Irá para donde tiene que ir.Por cierto, cuando uno llega a adulto, ¿ya no se le puede enviar el diente al ratón Pérez a cambio de un dinerito, aunque sea un poquito? Tal vez ya no sea el ratoncito sino la rata Pérez, porque uno crece y los mitos deberían hacerlo con uno también. Digo.Como decía, el padecimiento comienza desde días antes. Uno trata de hacerse el loco y olvidarlo. Pero de pronto alguie...